23.12.09

Felicidades

Desde EL PIZARRÍN os deseamos que el año que viene os sea propicio en lo personal y en lo profesional.

¡¡¡FELICIDADES!!!

22.12.09

Escuela y democracia.




"Si las escuelas de una sociedad democrática no existen para el apoyo y la extensión de la democracia, y no trabajan para ello, entonces son o bien socialmente inútiles, o socialmente peligrosas. En el mejor de los casos, educarán a personas que seguirán su camino y se ganarán la vida indiferentes a las obligaciones de ciudadanía en particular y de la forma de vida democrática en general... Pero es muy probable que las eduquen para que sean enemigos de la democracia: personas que serán presas de demagogos, y que apoyarán movimientos y se reunirán en torno a dirigentes hostiles a la forma de vida democrática. Estas escuelas o bien son fútiles o bien subversivas. No tienen una razón legítima para existir."
James Mursell, 1.955
En Apple y Beane,"Escuelas democráticas"
(Ed. Morata).

17.12.09

ROCs: ¿pasaremos también por esto?


Los que estamos en esto de la educación sabemos de qué hablamos cuando sacamos a colación las siglas ROC. Para los que no estéis muy duchos en la materia os diré que el ROC es el reglamento de organización de los centros, el documento que debe marcar cómo se gestiona un centro.

La Consejería ha puesto en marcha, de acuerdo con la Ley Andaluza de Educación, una reforma de estos reglamentos. A tal fin se abrió un plazo para que centros y docentes en particular, AMPAS y demás usuarios de la educación, pudieran hacer aportaciones. De estas aportaciones nunca se ha sabido nada, tal vez porque no fuesen del agrado de los jefes y jefas.

Posteriormente se realizó un paripé de Congreso, donde se iba a debatir este nuevo modelo de ROC, pero en el que el 70% de los asistentes eran "de la casa" y cuyas conclusiones se publicaron en la Web de la Consejería. Ni que decir tiene que las aportaciones no deseadas, que las hubo, ni aparecen.

Desde la Consejería se intenta vender una imagen de consenso, de respeto, que dista mucho de la realidad. La mayoría de los centros y de los docentes no ven nada bien un modelo de ROC que jerarquiza, controla y asfixia la libertad de trabajo en los centros, que genera un cuerpo de directores como los de antaño, aquellos que eran por oposición y cuyas decisiones eran irrevocables y nunca salían del despacho, aunque en este caso sólo les falta que les den un nombre y un grupo dentro de la administración, aunque a eso no creo que lleguen.

Pues bien, esto que os dejo, es lo que en realidad suponen estos nuevos reglamentos, y que conste que no lo dice un simpatizante sino alguien desde la misma administración.

¿Pasaremos por esto también? Me quedo dándole vueltas....


Hacia un pacto en educación.
17 Nov 2009
JAUME GRAELLS

Qué temas podría abordar un pacto de Estado por la educación, habida cuenta del actual reparto de competencias entre el Estado y las autonomías? Y, sobre todo, ¿puede ser realmente beneficioso para la educación de nuestro país; algo más que un gesto bienintencionado?

A mi entender, el pacto de Estado por la educación es imprescindible: me gustaría decir inevitable. Sin embargo, ni se me ocurre pensarlo en términos de una nueva reforma de los planes de estudio; otra más a sumar a la esterilidad de la serie de leyes que han hastiado al profesorado. Quien gobierna debe dejar de vivir en la ilusión de que toda reforma empieza y acaba promulgando una ley o un decreto: así es muy fácil –o eso parece– y por eso se han dado tantos decretos y tantas leyes en nuestro país. Pero es un error creer que la educación puede ser modificada desde los boletines oficiales. No deberíamos dejarnos seducir de nuevo por ese espejismo.

El verdadero reto consiste, pues, en facilitar que el cambio se dé en la práctica diaria de la docencia. Desde esta óptica, ¿qué temas deben ponerse sobre la mesa?

En primer lugar, debe reforzarse la titularidad pública de los centros que dependen directamente de la Administración y eso pasa por orientarse decididamente hacia la profesionalización de sus direcciones. Hoy más que nunca, ante la complejidad y diversidad de retos que deben abordar escuelas e institutos, debemos apostar por su autonomía organizativa y pedagógica; algo que no se puede conseguir sin equipos directivos profesionales, con autoridad e instrumentos suficientes para poder lleva a cabo su función de modo eficaz. Sin equipos directivos sólidos, que representen la titularidad pública del servicio –es decir, el interés de la comunidad educativa en su conjunto y no sólo de un sector–, se desdibujan en el horizonte los objetivos de calidad que todos compartimos.

Los directivos escolares deben jugar un papel importante en la evaluación de los docentes y este es un factor imprescindible para establecer sobre bases sólidas la carrera profesional del profesorado, que debería estar en función de su compromiso e implicación en el proyecto educativo de centro y en el trabajo en las aulas.

Pero quien evalúa con efectos laborales, quien asume funciones de jefatura de personal, no puede ser un colega más, elegido por el claustro de profesores. Debe ser seleccionado y renovado en su función con criterios de profesionalidad. Eso no quiere decir, claro es, menoscabar la necesaria participación de la comunidad educativa en el buen gobierno de las instituciones escolares. Pero no deben confundirse las cosas. La participación no debe llevar al desgobierno. Porque en el desgobierno –donde no existe una atribución clara de responsabilidades, donde el “todo lo hacemos entre todos” acaba siendo el “nadie hace nada”– la participación acaba perdiendo sentido. Urge un cambio legal que establezca nuevos mecanismos de acceso y renovación de las direcciones y que permita, de ese modo, revitalizar su función.

En segundo lugar, las políticas de profesorado son otra zona oscura: ninguna de las reformas educativas emprendidas ha abordado en serio esta cuestión y así cualquier proyecto de cambio acaba en papel mojado. Es evidente que debe empezarse por la formación inicial. Tengo esperanza en que la reciente reforma de los planes de estudio universitarios, con su sistema de grados y el máster de profesorado de Secundaria, permita mejoras en este particular. Sin embargo, hay más cosas que remover. A la vez, es imprescindible modificar la legislación estatal que regula los mecanismos de acceso a la función pública docente. Es preciso que sea posible seleccionar a los mejores profesionales, a aquellos que tengan un buen nivel académico y sean, a la vez, competentes en el manejo de los recursos educativos, en el trato con los alumnos y en la gestión del aula.

Todo lo dicho quedaría a medio camino sin concebir también desde un nuevo ángulo la forma en que actualmente se proveen los puestos de trabajo, es decir, sin modificar las reglas de juego por las que un docente obtiene plaza en un centro. Actualmente no rige en esto más criterio que el escrupuloso respeto de las prelaciones que ordenan al profesorado según un único patrón de medida, en el que lo decisivo es el rutinario paso del tiempo. Y así, con el constante ir y venir de profesores que se deriva de ello, resulta casi imposible la consolidación de proyectos de trabajo. Las direcciones no participan en absoluto en la selección del profesorado que llega a los centros. Y, lo que es peor, es frecuente el caso de profesores que, en contra de su voluntad y del criterio de la dirección, pierden su puesto por las reglas burocráticas de la provisión. ¿Es imaginable tal circunstancia en cualquier otro sector productivo sin que se planteara una reforma de inmediato? Los cambios que deberían transformar este estado de cosas sólo pueden darse con una reforma de los concursos de provisión, que son regulados por norma estatal.

No puedo ahora entrar en otra cuestión clave, como es la de los conciertos educativos y la necesidad de avanzar en un mayor equilibrio en los procesos de escolarización, que requeriría ser tratada en extenso. De todos modos, las razones apuntadas justifican sobradamente la posibilidad de un pacto de Estado por la educación respetuoso con las competencias de las comunidades autónomas. Ese pacto, si su contenido se orienta del modo que he expuesto, me parece estratégicamente imprescindible para dar un vuelco en la situación de nuestras escuelas e institutos.

Jaume Graells es director General de Educación Básica y Bachillerato del Departament d’Eduació de la Generalitat de Catalunya

Ilustración de Patrick Thomas

14.12.09

Donde el silencio reina.


El silencio quizá sea una de las cosas que siempre está ausente dentro de las aulas, de los pasillos, de los patios de nuestras escuelas e institutos. Y ojalá siga así. ¡Qué triste se hacen algunos de esos días en que, acabadas las clases, uno atraviesa el patio, el pasillo y entra en su aula vacía, oscura, y se dedica durante unas horas a rellenar boletines, informes, actas,... sin que se escuche el trajín de niños y niñas que suben, bajan, corren, ríen, se pelean, lloran,... ! También es verdad que una de las cosas que más sorprenden a nuestros visitantes de un día ( políticos, literatos, amigos,...) es precisamente el altísimo nivel de ruido con el que trabajamos y que ahora, en esas reuniones de navidad, se reflejará en el tono de voz elevado que denota cualquier comida de docentes.

Sin embargo ese silencio ausente no puede hacerse palpable cuando se trata de las administraciones, de los políticos y políticas que rigen los destinos de nuestra educación. Debiera haber una norma (qué más da una más) que prohibiera a los responsables administrativos y políticos de la educación guardar silencio ante las actividades que se hacen en las aulas de nuestra geografía.

Es tristísmo que los boletines, las páginas web de los organismos oficiales educativos andaluces anden rebosantes de planes, programas, proyectos, ideados en su mayoría por gente que desconoce qué es un niño o una niña, que en la mayoría sólo visita los colegios e institutos para presentar el programa y/o proyecto y plantear que éste viene a resolver una de las miles de cosas que en las escuelas de hoy en día no se hacen "bien", y que tras esa introducción del programa y/o proyecto, éste, en la mayoría de los casos, pasará a engrosar la lista de tareas de las que hay que presentar un resumen/memoria a final de curso, plantear una o dos actividades en el Plan Anual y sobre todo presentar unas estadísticas que rellenen a final de curso/año/legislatura la visión virtual y grandielocuente que nuestros y nuestras políticos/as necesitan llevar en su saco de proyectos.

Me encantaría ver cómo un organismo público se encargara de ir por los centros educativos, charlar con los docentes, con sus familias, con los chavales y chavalas de cada centro, que se sentara a ver cómo la maestra de 1º, de un centro perdido o de al lado de la misma delegación provincial, ha diseñado tres o cuatro actividades, simples, sin alharacas, para enseñar la resta con llevada, pongo por caso. O cómo en un instituto se ha desarrollado un programa, sin coste para la administración, que ha conseguido que 9 de cada diez alumnos/as de compensatoria promocionen de nivel invirtiendo el anterior fracaso de 9 de cada diez.

Pero claro, esto supondría tener que reconocer que la educación debe hacerse desde abajo, atendiendo a las necesidades concretas de cada centro, de cada aula y de cada alumno/a, y eso dejaría fuera de su coordinación de proyecto/programa a tantos y tantas educadores de salón como hay en nuestra geografía.

El caso, sangrante y desgraciadamente clarificador de cómo se lleva nuestra educación en Andalucía, es el artículo que os dejo a continuación, en el que se explica cómo un grupo de investigadores de la Universidad de Granada, con la colaboración de los docentes del centro, ha conseguido que en un centro marginal (han tenido que recurrir a seguridad privada) de esa provincia, las aulas de compensatoria inviertan su nivel de fracaso hasta conseguir un logro que de haberlo hecho cualquier politicastro y/o amiguete del mismo estaríamos ahora institucionalizando una celebración educativa del logro, una fundación a su nombre y un premio anual. Pero claro, lo han realizado unas personas sin cobrar, sin que estuviesen "respaldadas" por la Administración y eso, en este sistema actual, es casi "pecado", por lo que estas personas deberán hacer una constricción un propósito de enmienda, decir los "pecados" a la administración y cumplir su penitencia, que más o menos vendrá a ser burocratizar el proyecto, crear una figura de control que no aparecerá por el centro, pedir memorias, y un sin fin de cosas más que lejos de hacerlo práctico lo harán inviable pero controlado, que es, al fin y al cabo, de lo que se trata, tener a la educación bajo control no sea cosa que en diez o quince años, los chavales y chavalas que salgan de escuelas, institutos y universidades, se planteen cómo se les lleva proponiendo lo mismo desde hace 25 años sin que la realidad de los de abajo (más allá de llenar el carrito en el super, tomar cañas los fines de semana, participar en el botellón y tener fútbol en la TV) ha variado muy poco en cuanto al acceso a otros niveles mediante la educación , el conocimiento, el saber.

Por eso, y a pesar de ejemplos como estos, uno se queda con la sensación de que en muchos casos, en muchos días, en muchos sitios, el silencio reina en la educación.


Pero a pesar de esto y para que se sepa que aún hay personas que trabajan por una educación justa, solidaria, de calidad, sin que ello les suponga nada más allá que la satisfacción del trabajo bien hecho aquí os dejo sus nombre y mi más cálido abrazo de gracias por su ejemplo:

Leonor Buendía Catedrática de Ciencias de la Educación.
Benito López Director del Instituto Monte de los Infantes de Pinos Puente
María José Olmo Profesora del grupo
Sonia Cristina Iguacel Colaboradora del Proyecto.


El eureka para alumnos retrasados.
Un proyecto de la Universidad de Granada integra a casi todos los alumnos gitanos y da un giro radical a las aulas de compensación en Secundaria
FERNANDO VALVERDE - Granada - 13/12/2009

En los centros de Secundaria existen unos grupos llamados de compensatoria. Son las aulas a las que van los alumnos con más problemas curriculares y de convivencia. Estos grupos, ideados en los años sesenta en Estados Unidos con el propósito "dar más al que menos tiene", como explica Marcelo Carmona, catedrático de Psicología de la Universidad de Granada, en muchos casos se han convertido en una forma de "dar más de lo mismo de lo que ya los ha hecho fracasar".

Los grupos de compensatoria son un lugar al que llegan ya desahuciados alumnos que generalmente provienen de un contexto sociocultural muy bajo. Son como una caja del tiempo, una lenta y agónica espera hasta que termina la educación obligatoria para que cada uno pueda iniciar sus ocupaciones. Prueba de ello es que el grado de abandono escolar supera el 80% y los expedientes disciplinarios se multiplican.

Un proyecto de la Universidad de Granada, dirigido por la catedrática de Ciencias de la Educación, Leonor Buendía, ha logrado dar la vuelta a las frías estadísticas de forma demoledora. "Cuando el equipo de Leonor llegó al instituto el índice de fracaso escolar en los grupos de compensatoria rondaba el 90%. Tras dos años de trabajo, la cifra es exactamente la contraria, nueve de cada 10 jóvenes superan estos grupos y se incorporan a la Educación Secundaria junto a sus compañeros tras haber aprobado por méritos propios primero y segundo de la ESO", explica Benito López, director del Instituto Monte de los Infantes de Pinos Puente, un centro conflictivo lleno de cámaras y que ha recurrido a la seguridad privada. "Tuvimos que pedir ayuda a la delegación. Necesitábamos orientación", señala el director, que considera el resultado del proyecto como "excelente".

"Lo primero que nos sorprendió al llegar al centro fue que la totalidad de los alumnos que formaban parte de este grupo de compensatoria eran gitanos. El problema traspasaba los límites educativos", explica Leonor Buendía. "Eran jóvenes que tenían costumbres distintas, que no comprendían las normas, que necesitaban mucho más apoyo y una mayor implicación". Junto a la argentina Sonia Cristina Iguacel y a María José Olmo, que era la profesora del grupo, dio forma a un proyecto participativo que ha dado unos resultados inimaginables en los primeros días.

"Primero tuvieron que ganarse su confianza. Fueron dos profesoras en el aula, atendiendo a la diversidad. Algunos días se invitaba a los padres y a las familias de los chicos para que vieran la evolución que habían tenido sus hijos, para que apreciaran lo que habían aprendido. Los padres, que eran muy reacios al principio, rápidamente se implicaron y se ilusionaron con el proyecto", recuerda entusiasmada.

A estas aulas de familia se sumó un sistema educativo que fue determinante. El trabajo se hacía por grupos, la escuela dejaba de ser una competición. "Si uno de ellos no llegaba a la meta todo el grupo fracasaba. Tuvieron que apoyarse y motivarse los unos a los otros, ilusionarse y trabajar duro para alcanzar objetivos".

Buena muestra del resultado de este trabajo son José Antonio Carmona y Manuel Bustamante, que a sus 15 años integran el privilegiado grupo de "lentos" que logran superar la compensatoria. "Nos habían metido ahí y todos sabíamos que no íbamos a tener el graduado nunca. No teníamos nivel", explican los jóvenes.

"Nos explicaban todo con proyectores, estábamos más horas que el resto, estaban muy encima de nosotros, si faltábamos hablaban con nuestros padres, nos enseñaron a hablar en público...". Pese a su juventud, son conscientes de que tienen una deuda con sus dos profesoras. "Queremos hacer un módulo de chapa y pintura o de mantenimiento de vehículos, si lo conseguimos será gracias a ellas". Ahora se sienten completamente adaptados con sus compañeros. "Somos amigos de todo el mundo, es cierto que vamos un poco retrasados en matemáticas y que nos cuesta más trabajo, pero vamos a aprobar todo", explican ilusionados.

Tras comprobar el éxito de la iniciativa, la respuesta por parte de las instituciones ha sido el silencio. Después de dos años de trabajo, Iguacel desistió. Acudía cada día a Pinos Puente para dar varias horas de clase junto a Olmo y nunca cobró ni un euro. Tampoco los directores del proyecto, que trabajaron con las familias e invirtieron mucho tiempo en la investigación. "Estos proyectos son voluntarios, las instituciones no invierten en ellos. Es una lástima, porque lo que se ha conseguido con esos jóvenes ha podido cambiarles la vida", explica Marcelo Carmona. Mientras, las aulas están llenas de pantallas planas de ordenador en un centro con problemas de convivencia al que muchos jóvenes van a firmar su acta de defunción académica.

11.12.09

Jugar, pero en la calle.

Vuelvo a traer a este Pizarrín uno de esos escritos que el maestro Aníbal de la Torre ha publicado en su blog. La reflexión no tiene desperdicio y los comentarios que han dejado otros cibernautas tampoco, por lo que os dejo las dos cosas literalmente.

¿Por qué hemos sacado a los niños de la calle?

¿Es tanto el peligro existente en la calle?

¿Prefieren los niños la consola a pegar patadas a un balón?

¿Prefieren las niñas las redes sociales a correr por la calle?

¿Preferimos los adultos estar tirados en el sofá mientras que los niños juegan en sus aisladas y tecnificadas habitaciones?

Parece que pueden existir razones o acontecimientos de tipo mediático que hayan podido condicionar la salida de los niños de las calles; es probable también que las ciudades hayan visto transformaciones arquitectónicas y urbanísticas al único servicio de los vehículos dejando a las personas como entes completamente marginales.

Pero a pesar del posible nivel de delincuencia existente en las calles y de la mierda de mundo urbano que hemos construido a golpe de ladrillo y hormigón sin planificación alguna, mucho me temo que la huida hacia las casas viene dada por una especie de comodidad adulta. Cada vez tenemos unos hogares más "cómodos" y tecnificados, que proporcionan distracción integral en un espacio menor de un metro cuadrado; somos capaces de manifestarnos por un recorte en los derechos sobre Internet, pero nos importa un bledo que se carguen o abandonen el parque del barrio. Eso sí, los sábados acallamos nuestras conciencias con un paseo y a ser posible durante la semana delegamos el contacto de las distancias cortas en innumerables y estresantes actividades extraescolares.

Recuperemos la calle para los niños, exijamos más espacios abiertos a la gente y no a los jodidos coches, bajemos con ellos un rato y luego dejémosles solos que todos hemos recibido alguna pedrada que otra...


3 comentarios
Comentario from: enriock [Visitante] · http://almodovarpueblo.blogspot.com
Opino lo mismo que tu, pero añadiría que además de la "comodidad adulta" me da olor a "sistema". Como si el tenderete que tenemos organizado funcionara mejor con los niños en sus cubículos llenos de gadgets.

El miedo... ¿a quien beneficia?

08.12.09 @ 22:43
Comentario from: Miguel Bueno [Visitante] · http://redfp.org
Cuanto hemos perdido los ciudadanos de a pié en estos añitos que han visto mis ojos.

Os acordais de cuando las puertas de las casas solo se cerraban para ir a dormir.

El problema Anibal es que en muchos casos, los niños están solos en sus casas y sus padres fuera. Como no pueden vigilar a sus hijos por que tienen largas jornadas laborales, cambian la custodia por el hacinamiento. Cárceles rosas, pero cárceles.

...veremos las generaciones que conseguimos.

Y volviendo a la reflexión de enriock. ¿A quien han beneficiado estos cambios? Porque nada es casual, o al menos, eso me temo.

09.12.09 @ 00:22
Comentario from: Carlos el hormigo [Visitante] · http://lalunarosa.com/hormiguero/
Hacemos sociedades basadas cada vez más en el miedo. Pero los niños no tienen miedo, porque el miedo se aprende con la edad. Por eso intentamos sobreprotegerlos.
Los protegemos tanto que acabamos protegiéndolos hasta de ser niños.

Esto lo veo claro porque no tengo hijos. Si un día los tengo dejaré de entenderlo.

10.12.09

Hijos y límites.

Diario de Jerez publicaba hace unos días esta interesante entrevista con el juez de menores José Miguel Martínez González del Campo en la que una persona como él, ajena al sector docente pero con muchísima relación con el lado más oscuro del mismo, viene a decirnos cómo se ve a la familia y a la educación desde otro prisma.

"No ponemos límites a nuestros hijos; no los tomamos en serio"

Los problemas educativos, la falta de control paterno, el botellón o la escasez de valores son algunos de los problemas que el juez de menores de la ciudad considera como grandes males de la juventud


José Miguel Martínez González del Campo es cordobés con sangre sanluqueña y magistrado del Juzgado de menores de la ciudad.

¿Cómo definiría a la juventud de hoy en día?

Yo diría que gran parte de la juventud es como la de toda la vida. Nosotros siempre decimos que los menores no cometen delitos, sino errores. Precisamente, se está en una edad, de los 14 a los 18 años en los que se puede rectificar, lo que ya no ocurre cuando eres mayor. La gran parte de la juventud tiene sus problemas, pero hay algo que está fallando, que es la educación que los padres les damos a nuestros hijos. No hemos sabido ponerles unos límites, no hemos sabido tomárnoslos en serio.

¿Tanta responsabilidad tienen los padres en lo que hagan o dejen de hacer sus hijos?

Sí. Muchos padres llegan cansados del trabajo y no tienen tiempo para sus hijos, y el niño resulta que luego campa a sus anchas porque no hay nadie que le indique el camino. Por eso se viven situaciones como las que tenemos aquí en el Juzgado: chavales que han perdido el control y familias que no saben nada de sus hijos. No se han ocupado de ellos cuando tenían problemas y ahora se preocupan porque se han convertido en un problema.

¿Y los educadores? ¿No tienen también un papel fundamental?

Sí, también hay una responsabilidad clarísima por parte de las autoridades educativas. Lo que no puede admitirse de ninguna de las maneras es que haya un fracaso escolar estrepitoso, sobre todo en Andalucía. Esto es una vergüenza. A pesar de que la Junta disimula las cifras, resulta que el fracaso escolar es de un 34% en Secundaria, pero solo cuentan los que ya han entrado en este ciclo. Si cuentas los que no han entrado, entonces estamos hablando de un 70% de chavales que no superan la Secundaria. Esto es terrible, sobre todo cuando se habla de que la forma de salir de la crisis es mediante la educación, el desarrollo, la innovación…

Lo que pasa es que se le ha perdido el respeto al profesor.

Yo creo que ese es el gran problema. Que se ha pasado de una situación en la que en el colegio nos pegaban con una vara en la mano o te castigaban con un castigo físico a una situación en la que como eso se ha prohibido, no hay ninguna autoridad. La mentalidad de los chavales es: como ya no me pueden tocar, y soy menor, puedo hacer lo que me de la gana. Eso provoca que el profesor se haya ido retirando, haya perdido el control de la clase y no tenga además el respaldo de la comunidad educativa. En el colegio, lo que dice el director es que se arreglen las cosas sin líos, se niegan además a reconocer el absentismo. Lo que se quiere es que los problemas no trasciendan para que el colegio no coja mala fama.

Eso es grave…

Y tanto. Además, el año pasado hicimos un control tanto la Fiscalía como el Juzgado y llegamos a comprobar que el 90% de los menores que pasaban por este Juzgado eran analfabetos. Ojo, estamos hablando de chavales de hasta 18 años, chavales que no saben ni leer ni escribir bien. Tengo montones de cartas que me mandan los chavales que son ininteligibles y a la conclusión que llego es que quieren que los ponga en libertad, pero las cartas no se entienden nada. No te digo nada si les digo que lean una noticia del periódico y hagan un pequeño resumen y lo escriban en un cuaderno. No entienden. Dicen letras, sílabas, pero no saben lo que significa. Ni siquiera leen bien los titulares de los periódicos. Han pasado un curso, otro, otro, simplemente por automatismo. Claro, luego van a buscar trabajo y les echan para atrás a la primera.

¿Cuál es el perfil del menor que llega al juzgado?

Hay de todo. Hay un grupo que han nacido y vivido siempre en ámbitos de marginalidad económica y social. Barrios suburbiales en donde hay droga, marginación, robo, etc. Estos son muy difíciles de rehabilitar, porque desde el primer día que nacieron están acostumbrados a que hay que robar porque hay que comer, y si hay droga, hay que trapichear. Pero es que, además, muchísimos de estos chavales viven en los centros mucho mejor que en sus casas, porque tienen una habitación, sábanas limpias todas las semanas, cuarto de baño para dos… Desayunan, almuerzan, meriendan y cenan a sus horas, y eso no lo tienen en su casa.

Además de este grupo, ¿hay otros?

Hay otro sector, que es el más amplio, que no tienen problemas de marginalidad, pero que ven que la vida es fácil, no tienen límites. Si quieren una moto, se la compran y, si no, la roban. A mí me vino uno diciendo que tenía el mismo derecho que yo a tener un coche, una casa y una tía buena. Y yo le dije que, efectivamente, pero que la única diferencia es que yo, para conseguir todo eso, tuve que tardar 40 años. Pero claro, eso es fácil. Son niños de familias de clase media que no necesitan robar para vivir, pero que sin embargo, lo hacen. Y luego hay otro grupo que me preocupa muchísimo, que son los que tienen problemas psicológicos o psiquiátricos. Comparativamente no son muchos, pero van aumentando poco a poco.

¿Cuáles son los principales casos que acaban en los juzgados?

Lo que hay más son los delitos contra la propiedad: robos, hurtos, apropiación indebida… Después, hay otros casos preocupantes, que son los de las lesiones. La gente se pelea por cualquier cosa, y además se pega fuerte. El tema de la violencia doméstica también está creciendo preocupantemente. Cada año aumentan los casos. Una niña puede pegar a la madre porque simplemente le quita el móvil por la factura tan alta que le llega. Y como la niña se niega a darle el móvil, la discusión acaba en Urgencias porque la niña le ha pegado una paliza a la madre porque quiere el móvil.

¿Y este tipo de casos se da más entre chicos o entre chicas?

En general, los que pasan por el Juzgado, un 80% son chicos y un 20% chicas, pero en este tipo de delito concreto, las niñas han aumentado considerablemente.

¿Qué opina del botellón en la juventud?

Mi opinión es que es inadmisible e intolerable, y que la autoridad, ya sea la municipal o la nacional, no quiere enfrentarse con el problema real que hay ahí. Porque el problema es que no se cumple la ley, hay menores de 18 años que consumen alcohol. Pero es que la autoridad no se atreve a afrontar el problema porque eso luego repercute en los momentos electorales. Y entonces lo que hacen es decir: mira, te vamos a reservar un sitio para que hagas lo que te dé la gana, y eso incluye la comisión de delitos, pero no molestes. Y a mí lo que me irrita es que la autoridad lo consiente y que todo esto se hace delante de la policía. Pero es que encima te dicen que tienen orden de no intervenir. A mí me daría vergüenza ser policía y acatar órdenes ilegales. Pero bueno, esa es la realidad de todos los días.

¿Se ha perdido un poco el norte con los menores? Que una niña de 16 años pueda abortar sin el conocimiento de sus padres ¿No es una barbaridad? ¿O que la edad mínima para tener relaciones sexuales esté en los 13 años?

Lo que es verdad es que hasta hace pocos años era insólito que jóvenes de 14 años mantuvieran relaciones sexuales de manera habitual y sin ninguna cobertura afectiva. Y después, cuando se habla del tema del aborto, yo creo que sí, que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su vida, aunque también habría que pedir la opinión del hombre. Una chica de 16 años puede tener capacidad, otra cuestión es lo de los padres. Me parece excesivo que puedan abortar sin más, no digo la autorización, pero por lo menos que haya un conocimiento por parte de los padres. Y también quizás habría que hacer una prueba de madurez. Pero vaya, lo que no discuto es el aborto en cuanto al derecho de la mujer a disponer de su propio cuerpo. Eso es algo que lo tengo claro desde siempre. De todas formas, en lo que sí hay que insistir es en no llegar a ese momento, es decir: explicar las medidas preventivas que existen hoy día.

Un caso que ha dado que hablar este año ha sido el de Marta del Castillo. ¿No da la sensación de que los imputados se han estado riendo de media España?

Es que hay un error en el planteamiento de la cuestión cuando se dice que se están riendo. Es que los acusados de un delito tienen constitucionalmente derecho no solo a no declarar, sino a incluso a mentir. Si jugamos a la Constitución, jugamos, y si no, la tiramos. Pero: ¿hasta qué punto podemos pedirle a los supuestos delincuentes que colaboren con la acusación? Todos los días, cuando celebramos juicio, lo primero que le decimos al acusado es que tiene derecho a no declarar. Pero además tiene derecho a mentir, y eso lo ha reconocido el Tribunal Constitucional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Y eso, que en este caso nos puede parecer muy mal, tenemos que preservarlo por una razón: porque mañana puedes ser tú o puedo ser yo. No se puede condenar a la gente antes de ser juzgada. Lo malo es que en este país, en el bar de la esquina se resuelven los asuntos jurídicos en diez minutos.

Da la sensación que este caso se ha convertido en un circo.

¿Pero quién ha hecho el circo? ¿Quiénes han sido lo que han difundido esto? ¿Quienes son los que han llevado a la novia de uno de los acusados a un plató con su madre? Las televisiones han ganado millones con ese espectáculo. En los países anglosajones y del norte de Europa esto no se tolera.

¿Tanto daño hace la televisión?

La televisión está siendo mal usada, y en muchos casos peligrosísimamente para la salud de los españoles. Se está llegando al límite de utilizar a los menores para sacarlos y llevarlos de un lado a otro, a programas en los que la gente va a insultarse y a decirse de todo. Yo no acabo de entenderlo. Nunca he sido partidario de la censura, al contrario. Siempre he luchado por la libertad democrática entre la cual está el derecho a la libre expresión y a la libre información. Pero nosotros mismos tenemos que autocensurarnos y darnos cuenta de que no vale todo. Yo sé que una emisora de televisión es un negocio, pero un negocio dentro de la deontología mínima que tiene que tener un periodista.

¿Los menores piensan que solamente tienen derechos y no obligaciones?

Sí, en muchos casos no hay límites. Los niños se creen que tienen derecho a todo, utilizan el método que les de la gana y no hay nadie que les pueda coartar. Y como eso, cualquier otra cosa y sin dar golpe. Aunque eso es una minoría. Y hay que tomar medidas para que esa minoría no se convierta en mayoría. Pero no se trata de que haya más jueces, fiscales o policías, sino que haya más responsabilidad por parte de los padres y los maestros, pero, desgraciadamente, profesores hay pocos y mal pagados

9.12.09

Espacio, calidad y educación.

Ahora que llega la Navidad y con ella las vacaciones de los docentes y de sus alumnos y alumnas, y de sus familias, el MEC con la anuencia de las distintas Comunidades Autónomas empieza a dar forma a los cambios que pretende introducir, así como de tapadillo, y que contribuyen a la desregularización de los requisitos mínimos que deben tener los centros educativos en nuestro país, cuyo único beneficiario será la patronal de la enseñanza concertada, que no su alumnado, al quitar exigencias a la hora de construir nuevos centros.

Hoy finaliza el plazo dado por el Ministerio a las organizaciones sindicales para presentar alegaciones al proyecto de Real Decreto por el que se establecen los requisitos mínimos de los centros educativos. Así mismo, en el ámbito del Consejo Escolar del Estado, se ha reproducido el mismo plazo para que los consejeros presentaran también sus enmiendas.

Hay muchas condiciones contenidas en el Real Decreto 1004/1991, aún vigente, que en el proyecto del Ministerio han desaparecido, en lo que constituye un claro empeoramiento de los requisitos mínimos exigibles en todo el Estado, tanto a los colegios e institutos públicos como a los concertados. En este capítulo, nos encontramos con lo siguiente:

EDUCACIÓN INFANTIL

• No establece requisitos para los centros que impartan el primer ciclo de la Ed. Infantil (salvo la titulación del personal, aunque aquí también rebaja el nº de personas con la titulación de maestro que debe haber; en el 1004 era uno de cada seis (Art. 15.1) y ahora lo deja abierto (Art. 7.2). En el 1004 se exigía una persona más que el nº de unidades en funcionamiento (15.1), ahora no (7).
• El 1004 establece algunos requisitos mínimos para los centros de primer ciclo de Ed. Infantil (10), el proyecto lo deja en manos de las Consejerías (4.2).
• El nº de alumnos y alumnas se fijaba (13), y en el proyecto no, se deja a las Consejerías.
En el segundo ciclo se quita la obligatoriedad de un aseo por aula, el nº de m2 mínimos que debe tener el aula, y la necesidad de que el patio de recreo aumente en 50 m2 por unidad cuando estas sobrepasen el nº de 6. (11 del 1004; 5.2. del proyecto). No aparece la obligatoriedad de aseos para el personal (antes en el 11).
• Los centros que impartan los dos ciclos deben tener 6 unidades (excepto zona rural) como mínimo, aumentando los requisitos en función de las unidades (12.1); en el proyecto no se cita.

EDUCACIÓN PRIMARIA.

• El 1004 marca un mínimo de 1’5 m2 por alumna/o y 30m. por aula (20.a), ahora desaparece el nº de metros mínimo del aula (9.a).
• Desaparecen (9.b) los m2 de los 2 espacios por cada seis unidades para desdobles y actividades de refuerzo (20.b. del 1004).
• El 1004 marca (20.c) una sala polivalente de 100 m2, ahora desaparece el nº de metros (9.c.).
• Ambos decretos contemplan un patio de recreo con un mínimo de m2, aunque el 1004 (20.d) marca 3 m2 por alumna/o y ahora no.
• En el proyecto desaparece el espacio cubierto para Ed. Física que el 1004 (20.f.) fijaba en un mínimo de 200 m2, incluido vestuarios…
• Desaparece el tamaño mínimo de la Biblioteca y de la Sala del Profesorado.

EDUCACIÓN SECUNDARIA.

El 1004 marca un mínimo de 1’5 m2 por alumna/o y 40 m. por aula (25.a); ahora desaparece el nº de metros mínimo del aula (13.a).
 Ahora desaparecen (13) los 100 m2 de aula taller por cada 12 unidades o fracción (25.b. del 1004).
• Desaparecen también (13.b. y 13.c.) el mínimo de m2 que deben tener las aulas música, informática y plástica y las del laboratorio de ciencias experimentales que antes marcaba el 1004 (25.c y 25.d.).
• Ambos decretos contemplan un patio de recreo con un mínimo de m2, aunque el 1004 (25.e) marca 3 m2 por alumna/o y ahora no.
• En el proyecto desaparece el espacio cubierto para Ed. Física que el 1004 (25.g.) fijaba en un mínimo de 480 m2, incluido vestuarios…
• Desaparece el tamaño mínimo de la Biblioteca y de la Sala del Profesorado, que sí marcaba el 1004.

BACHILLERATO.

• En los requisitos para las modalidades de Bachillerato, desaparecen los siguientes requisitos que figuraban en el 1004:
. Superficie mínima (26.2.) de los laboratorios y de las aulas de dibujo y tecnología.
. Superficie mínima de las 2 aulas dotadas de instalaciones adecuadas para la modalidad de artes.
La “superposición” del uso de espacios entre alumnado de ESO y Bachillerato sin indicar nº de aulas o espacios que debe haber en función del nº de unidades, hace que estos espacios sean insuficientes cuando se dan las dos etapas educativas.

FORMACIÓN PROFESIONAL

El 1004 establecía (art. 30 a 41) los requisitos mínimos para impartir enseñanzas de FP, en el proyecto se dice (12.c) que los centros que impartan títulos de FP se atendrán a los requisitos mínimos que estable este RD y al RD 1538/2006, de 15 del 12.
Los PCPI: Los requisitos que deben cumplir los centros que impartan estos programas los fijarán las Consejerías de Educación.

Y es en sobremanera curioso que no se contemplen medidas para aquellos aspectos que derivan de las nuevas formas de llevar a cabo la educacuión propuestas de mejora de los edificios y de nuevos equipamientos que no aparecen reflejados en el proyecto, como espacios para desdoblamiento de grupos, extensión de los equipamientos para las TIC, incrementos de superficie en aulas, laboratorios, patios, etc, al igual que se obvia las necesidades sociales que la escuela atiende a diario y que deben ser contem`pladas como requistos mínimos: espacio para enfermería y botiquín, comedores escolares, asociaciones de padres y madres,...

Por otra parte, el proyecto mantiene la misma ratio profesorado/alumnado para el grupo clase que se estableció en el R.D. de 1991. Han transcurrido casi 20 años desde entonces, y la extraordinaria diversidad del alumnado que conllevó la extensión de la escolarización obligatoria hasta los 16 años requiere una urgente disminución de dicha ratio para que sea posible una atención más personalizada, una mejor atención a las dificultades de aprendizaje y a las necesidades educativas especiales del alumnado. Esta medida no puede faltar en cualquier plan dirigido a combatir el fracaso escolar. ¡Qué emnos que exigir algo parecido a:

  • Infantil: Primer ciclo: menores de un año, 4; de uno a dos años, 6;y de dos a tres, 8.
  • Segundo ciclo: 15 alumnos, y 12 cuando haya diferentes edades.
  • Primaria: 20 alumnos; 15 si hay varios niveles.
  • ESO, FP y Bachillerato: 25; 15 cuando haya alumnado con N.E.E.!

En definitiva, este proyecto como tantos otros, a la baja en calidad y cantidad respecto a la normativa actual, ni acude a participar en la solución del fracaso escolar ni contribuye a atender las demandas sociales que han de estar en la base de cualquier pacto por la educación.

3.12.09

Constitución: otro Día "D"




Mañana los centros escolares andaluces, y del resto del país, celebrarán "de oficio" el día de la Constitución (de 1978, que en Cádiz y provincia nos quedan dos años con el bicentenario de la de 1812).




En todas las aulas se leerán fragmentos, se harán dibujos, se crearán lemas y frases que se dibujarán, recortarán, pegarán,... habrá izadas de banderas en los patios, se escuchará el himno por la megafonía, aparecerán los políticos (dependiendo del centro de más o menos alcurnia) y dejarán un discurso menor y alguna que otra batallita. En definitiva casi como cualquiera de los otros días "D" que tenemos en los colegios e institutos.




Uno, que en su niñez vivía estas cosas pero desde el régimen predemocrático, siempre ha tenido sus recelos ante estas manifestaciones dictadas vía Boletín Oficial cuya "efectividad" de cara a la mejora o comprensión de lo que esta Constitución supuso, supone y supondrá para el futuro y nuestra convivencia, es tan escasa que basta ver el rostro de los niños y niñas ante estos actos para ver, que a fuerza de repetitivos, han perdido cualquier relación real con lo que pretendían cuando se crearon.




Y es que además se hace muy difícil explicar que la educación es un derecho que todos y todas tienen que tener garantizado pero en los centros bilingües sólo la mitad del alumnado ( en el mejor de los casos) puede acceder a estas enseñanzas.




Se hace difícil explicar que los alumnos y alumnas con necesidades tienen que tener un personal específico para reforzarles en su día a día, personal que se le niega para que vaya a sustituir al docente que falta al centro, en vez de usar los recursos para buscar un sustituto con rapidez y eficacia.




Te encuentras incapaz de dar credibilidad a lo que les dices a los chavales y chavalas cuando hay centros que no disponen de acceso para minusválidos y los alumnos y alumnas que tienen alguna discapacidad tienen que ser ayudados, por sus propios compañeros y/o maestro/a, para poder acceder a un servicio o practicar educación física en el patio del centro.




No le quedan a uno palabras cuando no puede dar de comer a los niños y niñas del transporte escolar que están en la ESO porque cada autobús sólo se puede hacer un recorrido en cada sentido, y darles de comer supondría añadir otro.




Y así podríamos seguir con muchísimas cosas que nuestra sociedad parece ignorar, parece querer olvidarlas interiorizando ese falso mensaje de estado del bienestar que nuestros políticos quieren hacernos creer que disfrutamos.




Pero, en fin, mañana será un día "D" que nos dejará un puente mitad laico mitad religioso y un sabor agridulce al salir del centro tras una mañana de difícil celebración.