30.9.11

Sostenella y no enmendalla...


La CEJA, haciendo gala de su habitual talante democrático y haciendo oídos sordos a lo que le llega desde fuera y desde dentro, ha publicado lo que pomposamente quiere llamar nuevo Plan de Calidad, sin evaluar el anterior (que sepamos claro está), con una propuesta que no es nueva ni aumenta la calidad. Cuatro cursos después de la puesta en marcha del mal llamado plan de calidad, solo puede hacerse, desde el pie de obra, desde la pizarra "analógica" frente al alumnado, una valoración poco positiva: se ha creado un estado de crispación en muchos centros, y entre muchos compañeros y compañeras, ante la Consejería y en el interior de los claustros, se ha fomentado la discriminación entre centros, aulas y profesorado, se ha creado una inseguridad jurídica por el inútil recurso de la Consejería ante el Tribunal Supremo, hay un aumento de la burocracia y lo que es peor… ausencia de una evaluación oficial sobre el mismo. La Consejería y algunas organizaciones sindicales defendieron el llamado Plan de calidad: CCOO, ANPE y UGT. USTEA recurrió y ganó el recurso en el TSJA; después también lo han hecho CSIF y CGT. Ahora los que apoyaban este Plan, en vez de autocrítica, culpan a las Organizaciones Sindicales que han demostrado ante la justicia la validez de sus argumentos, y los de la mayoría del profesorado andaluz, de los males de este nuevo plan. Por si acaso vamos a contestar a las razones de la Consejería, una a una.

1.- No mejora de la calidad de la enseñanza.

Al parecer (la CEJA se niega a dar hay cifras oficiales), menos del 47% del profesorado adscrito al plan han conseguido los objetivos marcados. El porcentaje de centros adscritos es 1651 de los 4000 centros públicos. La mayoría son de infantil y primaria, un 60 % aprox de los 1651. Al ligar el salario a la consecución de objetivos educativos en relación con los rendimientos escolares – resultados de las pruebas de diagnóstico y el grado de satisfacción de las familias y la consolidación del 5% del presupuesto ordinario de los centros, demuestra una apuesta de la Administración educativa por la línea neoliberal de productividad y consideración de la educación como un negocio y la escuela como una empresa. Más que plan de calidad, es una apuesta por un modelo de escuela neoliberal.

2.- No mejora de las retribuciones del profesorado

Desde 2007 no se ha actualizado la homologación retributiva lineal para todo el profesorado; por tanto, los 181.961.760 euros – coste presupuestario en términos consolidables, según consta en la memoria económica- destinados al plan de calidad ha servido para que el dinero de todos pague a unos pocos. Ello demuestra también que dicho plan no ha estado nunca pensado para todos. En el mejor de los caso, sólo el 25% docentes lo cobrarían. En Andalucía somos 120 000 docentes.

3.- No ayuda la innovación ni la renovación.

Es evidente y palpable que el plan ha supuesto un incremento notable de la burocracia, auténtica bestia negra del profesorado, y la adscripción al mismo no ha supuesto en cambio mejora de la práctica docente, en aquellos aspectos que son realmente los más renuentes a ser cambiados y que afectan a las dinámicas de trabajo dentro del aula. El trabajo en equipo del profesorado se ha visto afectado tanto por lo anterior como por el hecho de que los profesores no acogidos al plan de calidad debían hacer el mismo trabajo que sus compañeros – reuniones, informes…- pero sin cobrar el plus del plan de calidad, que eran 600 euros el primer año, 1200 euros el segundo, 1800 euros el tercero y 1800 el cuarto y la consolidación de una parte de las percepciones económicas en los sexenios, hasta un total de 7000 euros por profesor.

4.- No respeta la autonomía de los centros.

Se trata de una autonomía tutelada, en la que se puede optar solo entre las ofertas del “menú”; es decir, los centros “eligen” su nivel de objetivos, pero dentro de los indicadores impuestos por la Agencia de Evaluación y si la Inspección Educativa da el visto bueno.

5.- Se ha mentido sobre el aumento de profesorado y medios para los centros acogidos al plan.

Nada de lo que figuraba en la propaganda de la Consejería se ha cumplido. No ha habido más medios, sino redistribución de los existentes, en detrimento de las necesidades internas de los centros y aumento exponencial de la burocracia.

Y por tanto 1.- No hay diferencia, en relación a los resultados académicos, entre centros a cogidos al plan y centros no acogidos. 2.- Tanto los centros con un nivel socioeducativo alto como aquellos que lo tienen bajo presentan grandes dificultades para mejorar, sólo con las medidas del Plan. Estas dos reflexiones nada más demuestran que teníamos razón quienes nos hemos opuesto desde el principio a la aplicación del plan, porque no compartimos el concepto de calidad que maneja la Consejería.

27.9.11

Malos tiempos para la...

Parece poco adecuado volver de las vacaciones y comenzar con una visión oscura de este mundo nuestro pero es que tras pensarme varios días por donde empezar, qué ángulo buscar para retomar la actividad de este Pizarrín, la verdad es que siempre he acabado con la misma idea: corren malos tiempos para la educación.

Ya no es solo el recorte, que vaya si pone negro el futuro de los que más necesitan inversión en educación, sino que el ambiente en general es oscuro: que si el horario es escaso, que si se trabaja poco, que si se cobra mucho, que si hace falta más días, ... y así como una gota malaya que te golpea día tras día.

Lo más grave es que estos recortes se nos presentan como una medida transitoria, como una consecuencia que proviene y surge de la crisis, que cuando pase, eso sí no hay plazo prefijado, todo volverá a ser como antes, cuando en realidad de lo que se trata es de aprovechar la crisis, creada, promovida y acentuada por el mismo sistema, para realizar una “reforma" de todo lo que supone la educación, en minúscula y en mayúscula, en la que sólo se mantendría como gratuita una enseñanza básica y elemental orientada a formar mano de obra "barata y sin cualificar", mientras la formación superior, la destinada a crear las "élites gobernantes", quedará al alcance sólo de quienes puedan costearse las elevadas tasas que habrán de exigir unas universidades que recibirán cada vez menos recursos públicos y apostando, como en EEUU por un modelo de educación privada gesdtoionada y orientada a tener además un profesorado "acorde" con su modelo.

El caso más llamativo, y conocido, es la Bill and Melinda Gates Foundation, que abandera la lucha a favor de escuelas gestionadas con "criterios empresariales", donde los profesores, son contratados en condiciones de precariedad y cuyo trabajo no es sino el transmitir unos contenidos puntuales, previamente fijados, y cuya adquisición pueda controlarse con exámenes y pruebas. Esto me suena incluso en Andalucía: Pruebas De diagnóstico, Escala, Plan de Calidad, Escuela Pública Concertada,.... ¿Y a vosotros?

Y parece que hablar de EEUU es un tópico pero esto mismo ya se ha puesto en práctica en otros lugares como Chile, que nos parece como mças "real" más "cercano", donde la privatización llevada a cabo por Pinochet, que los gobiernos posteriores dejaron sin enmienda, ha generado un estado permanente de protesta de los estudiantes, ante una educación que “se sigue reduciendo al entrenamiento de habilidades funcionales para el mundo laboral y debilita la formación de personas que puedan convertirse en ciudadanos y ciudadanas activos y críticos”, que debiera ser el fin, el objetivo de la educación, pero que se ve no interesa, nunca ha interesado, pero ahora bajo el escudo de la crisis no parece que haya ni vergüenza por ocultar que esto, el crear ciudadanos críticos y activos ya no es una prioridad del sistema educativo, antes bien parece un inconveniente.

Defender hoy la causa de la enseñanza pública contra una reforma disfrazada de austeridad es una condición necesaria para preservar la democracia de mañana.