23.10.11

La escuela es "asín" (VI)

A.- Centro de secundaria. Barrio deprimido. Tras un visionado de la película Titanic el profesor intenta comenzar un diálogo que implique a la mayoría de los alumnos y alumnas y suponga una mejora del lenguaje oral, y de los modos de intervención en una conversación, ambas cosas muy pobres entre el alumnado de la zona. Por ello comienza explicando que la película se basa en un hecho real.

La primera pregunta que recibe es ¿Y cómo pudieron grabarlo tan bien mientras la gente se ahogaba?...

B.- Clase de 6º de Primaria. Un alumno llega a clase comenta que durante el fin de semana a un amigo suyo le han tenido que cortar un dedo tras una caída de la bicileta. Un compañero levanta la mano y muy interesado pregunta: ¿Pero le vuelve a crecer no...?

Y es verdad como la vida misma.

13.10.11

Facturar.



Desde hace unso días la administración pretende "concienciar" a los ciudadanos de lo que cuestan los servicios públicos, que por otra parte se sostienen con lo que esos mismos ciudadanos y ciudadanas aportan con sus impuestos, directos o indirectos.

La idea en sí no está mal y creo que es bueno educar a todo el mundo en una gestión razonable y ajustada de los servicios públicos y ello conlleva que cada ciudadano y ciudadana analice cómo usa los mismos. Pero claro, hay muchas más cosas en las que educar y que concienciar y no solo al ciudadano de a pie, sino a quienes estos ciudadanos de a pie han puesto para que les gobiernen durante unos años. Como ejemplo baste este artículo que publicaba El País el pasado 16 de Septiembre.





Que le entreguen la factura




ÁNGEL VILLEGAS BRAVO - Madrid - 16/09/2011
Hay autonomías en las que se está entregando, o se va a entregar, una factura "informativa" del coste que ha supuesto nuestra visita al médico, de la asistencia que recibamos en Urgencias, de la intervención quirúrgica que hemos sufrido o de cualquier gasto que ocasionemos por ponernos enfermos. Naturalmente, me estoy refiriendo a la sanidad pública. Lo hacen, o lo van a hacer, con la "sana" intención de que tomemos conciencia de lo que cuesta atendernos, aunque seamos nosotros mismos, con nuestros impuestos y cotizaciones los que pagamos.




Yo propongo que cada vez que el presidente de una comunidad autónoma se suba a su coche oficial, se le entregue la factura. Cuando sus escoltas perciban su salario mensual, que le entreguen la factura. Cuando visite centros de mayores o colegios, engalanados especialmente para su visita, que le entreguen la factura, así como en la multitud de fiestas y recepciones que se organizan por cualquier cosa. Cuando se suba en trenes o aviones para viajar en clase especial, que le entreguen la factura. Todo ello, claro, con la única intención de que "tomen conciencia" de lo que nos cuesta a los ciudadanos mantener tantas presidencias de tantas comunidades.
Cuando perciban sus sueldos y sus dietas, no hace falta que les entreguen nada, pues ellos saben bien lo que cobran e, incluso, alguno o alguna confiesa que le "cuesta llegar a fin de mes".






Bueno pues como idea no está mal. Eso sí... ¿lo pondrán en práctica? ¿Nos dirán con pelos y señales lo que cuesta cada cargo con nombres y apellidos y aplicarán sus criteros de eficiencia entre trabajo realizado/logros conseguidos y gasto por político? Ya veremos si solo se queda en decirnos a los de siempre que somos muy gravosos para este supuesto estado de bienestar de que disfrutamos (algunos).






Por cierto ¿cuánto cuestan los brindis al sol de nuestra administración en Educación?

11.10.11

Competencias imprescindibles en la Escuela.

Si alguien al leer el título de la entrada cree que voy a redactar un escrito contra las competencias, el trabajar con ellas, el evaluarlas etc... va descaminado. En cualquier lugar del sacrosanto Google hay miles de documentos hablando bien, la inmensa mayoría, de esta forma de afrontar el trabajo docente, que por otra parte ni es nueva ni se ha empezado a aplicar ahora.

De lo que quiero escribir es sobre algunas cosas que contrastan con esta forma de trabajar en cuanto a que una cosa es lo que se pretende y otra bien distinta lo que se obtiene. Por ejemplo. Imaginemos una clase de Primaria. Hablamos de la crisis y planteamos que a pesar de las reformas laborales hay más parados que antes de reformas varias. ¿Qué dirá el niño o la niña? ¿Qué competencia habremos trabajado y qué habremos obtenido? ¿Qué habrá aprendido el chaval o la chavala?

Ahora imaginemos lo mismo en una clase de secundaria, o en una clase de secundaria en un contexto deprimido, o simplemente imaginemos...

¿Realmente estamos trabajando por competencias útiles y necesarias para formar a ciudadanos con espíritu crítico?