20.1.14

Evaluación. Pero eso ¿qué es?




Hablar de evaluación en los tiempos que corren es un ejercicio de valentía y, casi diríamos, de atrevimiento. Y no por lo que digamos sino por el esfuerzo mayúsculo que debemos hacer para dejar sentado, con meridiana claridad, de qué hablamos, y es que con frecuencia se habla "en paralelo", aparentemente de lo mismo pero al estar en dimensiones educativas, políticas y culturales opuestas, lo que se dice no tiene sentido.

La evaluación debe ser un momento alegre y fundamental de cualquier sistema educativo. Y digo alegre porque es el momento de ver cómo ha salido "la cosecha". El campesino cuando recoge, pongo por caso, su cosecha de garbanzos puede prever cómo serán por las lluvias, el color, el tamaño,...igual que el docente puede presuponer cuáles serán los resultados de sus alumnos y alumnas de acuerdo a sus trabajos, su evolución, sus capacidades, sus familias, el medio donde viven, sus necesidades, etc... Pero no podemos negar que podemos llevarnos una sorpresa y no ser nada de lo previsto lo que obtengamos. Para mal o para bien.

Eso es la evaluación y habría que participar de ella con la ilusión de un principiante. Sin embargo no es así. La administración ha cambiado el espacio y el tiempo de este proceso y lo ha llevado a la mera cuantificación de resultados. Esta política neoliberal, que ahora boga a sus anchas por todos sitios, transmite, y muy eficientemente por cierto, un pesimismo que niega la posibilidad de cambiar lo que nos rodea, insistiendo una y otra vez en sus "estudios" y sus "informes", elaborados por ellos mismos y tendentes a reflejar la idea preconcebida y diseñada de antemano. 

Apostar por una evaluación real, adecuada al contexto y teniendo en cuenta lo global que lo condiciona, una evaluación predictiva y formativa trae pareja la necesidad de ampliar los poderes de la sociedad de a pie, la del aula, la del centro de un pequeño pueblo, algo que tendríamos que incluir en un proyecto político de reforzamiento de la democracia, ajeno por tanto a lo que ahora mismo vivimos.

Cómo vamos a pedir mayores poderes civiles cuando la nueva reforma que se aplicará el curso que viene parte de principios como:

 a) Entiende la educación como mercancía, la escuela como empresa o sucursal de ésta y la administración educativa como una gerencia encaminada a producir recursos para las necesidades educativas del momento, que en el fondo es crear trabajadores/as para hoy y parados/as para mañana.

 b) Solo la escuela privada puede conseguir mejores resultados, de acuerdo con el parámetro anterior. Por tanto hay que restar de lo público y potenciar lo privado.

c) Al igual que el trabajador de hoy no tiene por qué ser "útil" ni activo mañana, el docente de mañana no tiene por qué ser el de hoy, lo que traerá la consiguiente destrucción de la profesión docente como carrera pública y los derechos que esto ha supuesto

d) Privatizar supone dedicar menos recursos a la Educación, ya que estos irán a sufragar los beneficios de las empresas que gestionarán este ámbito.

e) Todo esto con una finalidad ideológica clara: formar el "capital humano" de acuerdo con las necesidades puntuales de la economía de libre mercado.

Este modelo no va a recortar (¡cuántas veces esta palabra!) la inversión ni la calidad en formar a los grupos dirigentes, como forma básica para mantener y reproducir el sistema imperante. De la escuela pública  y de la escuela privada de lo que queda de la clase media sólo interesa la formación de trabajadores baratos y cuya formación/necesidad sea posible desechar en el corto plazo. Todo debe ir en función de no generar derechos ni expectativas en el mundo laboral. Los beneficios de las empresas es el tótem mágico al que debemos mirar, y danzar a su alrededor.

No podemos por tanto hacer una reforma sin evaluarla y sobre todo sin evaluar lo que había antes de diseñar esta reforma. Aunque claro ¿de qué evaluación hablamos?


16.1.14

Vuelta atrás.


Desde niño siempre escuchaba decir a los viejos de mi pueblo, en la barbería, en el bar, en el paseo, que esto del nuevo año no era sino un tiempo más, al que había que prestar la atención que tenía, nada más.

Ahora, con cada nuevo año vienen, junto a las fechas, los anuncios, las comidas, etc... un sin fin de deseos para el nuevo año, que si hiciésemos caso a la sabiduría popular, no debiera ocuparnos más que el mero tiempo de desearlas por puro formalismo. Y es que cada día, vemos que el deseo de progreso no se basa en ir hacia adelante sino en no volver hacia atrás.

Ya no hablamos, por repetitivo, de los efectos de la LOMCE, de los efectos de la LEA (precursora tímida o acomplejada de su madre ideológica). Hablamos del día a día. Hablamos de comer, como si Dickens o Galdós hubiesen vuelto de nuevo y sus novelas fuesen ahora columnas de opinión o noticias de un diario de provincias.

No comento más. Os dejo este enlace, cuyo contenido copio a continuación.

Los recortes de las becas de comedor, nuevo problema de la sociedad. 

"Niños malnutridos (que no ingieren los alimentos adecuados, y en ocasiones solo hacen una comida), directores de centros escolares que organizan huchas para ayudar a sus alumnos, pequeños que buscan comida en las papeleras, comedores escolares que cierran ante la falta de recursos económicos de sus padres, becas que se extinguen...". Esta podría ser parte de la nueva radiografía que arroja el  trabajo elaborado por la ONG Educo, La regresión de los derechos de la Infancia en España 2007-2013 -al que ha tenido acceso EcoDiario.es-, así como el último informe de pobreza infantil de Unicef. La CEAPA (Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos) habla de una brecha social, donde los niños han sido los más vulnerables de esta crisis).
El 25% de los niños españoles están malnutridos, o lo que es lo mismo, uno de cada cuatro niños sufre malnutrición en España, subraya Educo. Además, apunta dicho documento, 2,5 millones de niños viven hoy en un contexto de pobreza en España. En la actualidad, hay 500.000 niños más pobres que en 2007. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) y la propia Cáritas, 630.000 familias intentan subsistir sin ningún tipo de ingresos. Casas donde ya no entra ninguna prestación. Según el Consejo Económico y Social, 420.000 familias viven gracias a las pensiones de los mayores.
Ese escenario se respira desde hace tiempo en los colegios, especialmente en los comedores escolares, donde han desaparecido buena parte de las ayudas que recibían los alumnos. La situación es "dramática en muchos casos porque hay niños que solo hacen una comida al día" y era esa, la del colegio, remarca Jesús María Sánchez, presidente de la Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos.

La actuación de las CCAA

Sucede en Aragón, o en Castilla-La Mancha. Esta CCAA lleva dos años sin convocar ningún tipo de beca. El PSOE de Ciudad Real ha criticado la situación de provincia: 2.000 niños se han quedado sin comedor. 16.000 niños en toda Castilla-La Mancha. Mientras, en Aragón, varios padres han llevado hasta los juzgados la supresión de becas de comedor. En Madrid, hace dos años se concedieron 120.000 becas. Ahora solo 52.000. Según UNICEF, en la región madrileña más de 200.000 niños se encuentran en situación de riesgo. En regiones como la extremeña las becas solo llegan al finalizar el curso.
Sólo en Cataluña se calcula que hay 50.000 niños sin acceso a productos frescos al menos cada dos días y más de 750 menores de dieciséis años detectados con diagnósticos que relacionan malnutrición y pobreza por el Instituto Catalán de Salud, según el Informe sobre la malnutrición infantil en Cataluña publicado por el Síndic de Greuges en agosto del 2013. El informe, que ha ocupado portadas de medios de comunicación y no ha estado exento de polémicas, llama la atención por ser el único que recoge los efectos del quinquenio de crisis económica vivido por España en la alimentación infantil en una de sus Comunidades Autónomas. Los números se basan en datos estadísticos de Cataluña, España y Europa, además de informes de entidades sociales y organismos oficiales.
En el reverso de la moneda hay otras administraciones como la andaluza. En abril de 2013, Susana Díaz, entonces consejera de Presidencia de la Junta, anunciaba, pese a la situación de déficit de esta comunidad, que los escolares andaluces tendrían derecho a tres comidas.

Respuesta a la falta de becas

ONG's como Educo dan respuesta a esta emergente realidad. Desde junio de 2013 ha puesto en marcha un programa de Becas Comedor que se extiende por más de cincuenta municipios, mientras voces como las del presidente de CEAPA, aseguran que en España "se ha abierto una brecha donde los niños son los más vulnerables de esta crisis". Afortunadamente, comentan desde Educo, "existe una amplia red solidaridad".
Los profesores -recogía hace apenas unos días La Sexta- denuncian que algunos pequeños buscan comida en las papeleras. Pepa Domingo, responsable coordinadora de las becas para comedores promovidos por la ONG Educo, no desmiente la información. De un tiempo a esta parte, las ayudas a comedores han desparecido de los presupuestos de las administraciones autonómicas, o en el mejor de los casos se han desdibujado-. Los recortes han diezmado entre un 30 y un 50% las becas, indican los sindicatos. Eso sin contar "el endurecimiento de los baremos, lo que dificulta aún más que el apoyo económico llegue a quien tiene que llegar".

Comidas y solidaridad

Poco antes de comenzar el curso, Educo ponía en marcha un programa de Becas Comedor para que niños y niñas de aquí tengan la oportunidad de recibir algo tan básico como una comida completa. La cobertura de la prestación es del 50%. Si bien en algunos casos llega al 100%. Ayuntamientos, Ampas, trabajadores sociales, pero muy especialmente directores de centros escolares contribuyen, bien económicamente, bien en la logística de dicho plan, para que los niños puedan alimentarse en sus colegios.
Desde que se iniciara este programa, Educo brinda 220.234 comidas repartidas en 120 centros escolares ubicados en 52 poblaciones de toda la geografía nacional. Una iniciativa que ha escaneado un nuevo perfil de la pobreza, que pone sobre la mesa titulares como el publicada este miércoles por el diario ABCLos clientes de la basura, y que de algún modo provocan el anonimato, "porque hay familias que lo padecen y sin embargo lo ocultan", asegura Sánchez a EcoDiario.es. Este comportamiento impide que los niños puedan beneficiarse de las becas. Además, el amplio abanico del precio de los menús escolares tampoco ayuda a calmar el panorama.

Un bocata mágico

Frente a la nueva situación de pobreza que excede del concepto clásico y que abarca a una clase media descapitalizada por el desempleo y por la carga de costes como hipotecas o préstamos, la solidaridad ha sido una de las claves del éxito de estas becas. El eslogan "Mi mamá me ha hecho un bocata mágico: pan con pan y yo me imagino lo que lleva dentro" ha removido las conciencias de empresas, entidades sociales, ayuntamientos tanto grandes como pequeños, padres que a título personal deciden ayudar a los niños a través de esta fundación, amén de otras ONG's que también dan estas ayudas, confiesa Domingo a EcoDiario.es. Incluso, añade Domingo, ha inspirado labores altruistas como la de Mar, una pequeña andaluza, quien con 11 años ha decidido que todo lo recaudado con su primer libro irá destinado a las becas comedor.
Ahora, el impacto de la campaña y la respuesta de la sociedad civil y de las administraciones locales impulsa un nuevo objetivo: las becas de comedor para verano. Una realidad que está por ver, mientras Asociaciones como CEAPA ponen el acento en otro gran problema: la prestación de libros, para lo que plantean una solución radical: "insumisión la ley". "Que nadie se sienta obligado a comprar libros" en el próximo curso 2014-2015.