
Las máquinas son de una gran ayuda en nuestro actual modo de vida, de hecho casi no podríamos pasar sin ellas. No obstante hay veces que descubres que cuando te abandonan momentáneamente, por esos problemas casi mágicos que hacen que por arte de birlibirloque dejen de funcionar, puedes estar sin ellas.
Como habréis notado los que sois asiduos a El Pizarrín, llevamos casi 10 días sin aparecer por aquí debido a la rebelion de mi ordenador que se ha tomado unos días de vacaciones tras las de semana santa del que suscribe. Esto me ha hecho pensar si no estará adquiriendo capacidad propia de raciocinio, o si yo no se la estaré adjudicando. El caso es que tras unos primeros días de cierta zozobra, en las que ver su espacio vacío sobre la mesa me producía una extraña sensación de congoja, la verdad es que ahora que lo he recuperado siento que he perdido parte de mi tiempo que sé, a ciencia cierta, que él me va a reclamar.
No obstante sí he ido tomando notas (sensación agradable que tiempo ha no experimentaba) sobre cosas concretas, y no tanto, para traer a estas páginas virtuales.
Agradeceros vuestras visitas y disculparme en nombre de mi ordenador. (Creo que a él no le va a importar que publique estas pequeñas intimidades).
0 comentarios:
Publicar un comentario