28.5.10

Emocionarte.

Este vídeo del maestro Anibal de la Torre me viene a mostrar que la escuela, con sus fallos, sus aciertos, sus silencios y sus ruidos, con su tiza y sobre todo sus chiquillos y chiquillas me sigue emocionando. Gracias Anibal por este rato, que ahora te copio y dejo en mi Pizarrín.

24.5.10

La escuela es "asín" (II)

La maestra, tras una entrevista con la familia, corrobora su diagnóstico. El principal problema del alumno es que está sobreprotegido y no le dejan hacer nada por sí mismo.

De acuerdo con la familia se empiezan a poner en marcha una serie de pautas encaminadas a corregir este problema.

Así que la maestra se sienta con el alumno y le plantea que ya va siendo mayor (7 años) y que debe empezar a colaborar en casa, que puede empezar a vestirse sólo, comer sólo, ayudar a poner la mesa...

Al oir hablar de la mesa el alumno se levanta de un salto y con ojos desorbitados le dice a la maestra:

"¿Poner la mesa seño? ¡Si ya está puesta en el comedor todos los días!"

Encontrarnos luego con lo que nos encontramos...tiene su lógica. ¿Le dejarían paga a este hombre?

23.5.10

Vota por los retos.

Como esto del futuro parece que puede ser definido hoy, un comité de expertos europeos entre los que se encuentran médicos, científicos, arquitectos, cocineros, físicos, humanistas y demógrafos (no he visto docentes, ya se sabe de la importancia de estos, nosotros claro, a cualquier nivel) han comenzado a proponer retos científicos que los ciudadanos de a pie podemos votar para intentar que se hagan los mayores esfuerzos para que estén resueltos en 2030. La iniciativa se denomina Agenda Ciudadana de Ciencia e Innovación y desde este enlace puedes acceder a los retos y votar. Yo aunque lo he buscado no lo he encontrado pero no estaría demás poner un reto de encontrar la fórmula de que nuestros dirigentes fueran cuando menos capaces de llevar a biuen término lo que se encuentren. Aunque creo que eso sí que es hablar del futuro...lejano, cuando no imposible.

Tenéis hasta el día 26 para votar.

17.5.10

Para navegar.

En la siguiente presentación, David Kapuler nos ofrece unos nuevos sitios donde poder acceder dentro de la web y que en educación nos pueden venir muy bien. Podéis encontrar juegos, fotos, programas, y hasta crear tu propio mueseo dentro de un largo etcétera con muchas aplicaciones. Como es larga podéis ir viéndola con tranquilidad. Espero que os sea útil, pero sobre todo que os guste.

Un saludo y buena semana.


12.5.10

Destrozando la literatura.

Leí, hace un par de semanas, el artículo de Rosa Montero publicado el pasado 2 de Mayo en El Semanal de El País.

Como me identifiqué con él pero sobre todo me indigna esta moda del año de... en el que se acaba cogiendo tirria, incluso uno mismo, a un autor o generación, os dejo las reflexiones de la Sra. Montero.

Cómo convertir el ‘Quijote’ en un ladrillo
ROSA MONTERO 02/05/2010

Cada vez que llegamos al 23 de abril, Día del Libro, se nos llena la boca de proclamas de encendido amor a la lectura. Este año también ha sido así, naturalmente, y la fiesta ha mostrado su habitual catálogo de libreros quejosos, editores dolientes, escritores ansiosos de lectores. Somos un gremio algo llorica, el gremio de las letras, y todo el tiempo repetimos obsesivamente la misma canción: tenemos que fomentar el gusto por los libros, debemos inculcar el amor a la literatura en las nuevas generaciones, hay que hacer más lectores. Objetivos que comparto, desde luego, y que me parecen de perlas. El problema es que no sé cómo se compaginan todos esos propósitos tan buenos con los planes de estudio vigentes, que parecen diseñados maquiavélicamente para crear aborrecimiento hacia la lectura.

Para empezar por el principio: siempre me ha parecido una barbaridad obligar a los adolescentes a leer el Quijote. Y no sólo eso: la enseñanza de la literatura en la educación secundaria española es un completo disparate. Por ejemplo, en 3º de la ESO (catorce años) tienen que estudiar el periodo comprendido entre la Edad Media y el siglo XVIII. Chavales que no han leído jamás una novela por propio placer y que no han descubierto todavía que entre las páginas de un libro cabe el Universo, tienen que tragarse por narices el Mio Cid, que no sé si ustedes lo recuerdan o lo han leído, pero que desde luego es considerablemente espeso. “Con el agravante de que los programas de Historia y de Literatura no están coordinados, de manera que se les habla de épocas que ni siquiera han estudiado antes, lo que genera situaciones entre absurdas y grotescas”, dice Fernando López, un joven dramaturgo y narrador (a finales de año saldrá su segunda novela, La edad de la ira) que además lleva cuatro años dando clases de literatura en un instituto.

Hace unos días mantuve con Fernando una larga, instructiva y llorosa conversación: ya he dicho que las gentes de letras somos un poco plañideros. Pero es que la situación es como para soltar lágrimas gordas. Porque además entre estos chicos y chicas que tienen que leer literatura medieval a los catorce años hay numerosos emigrantes con grandes dificultades para hablar en español correctamente. Me imagino que para ellos sumergirse en el Cid debe de ser como aterrizar en Marte. Claro que a los españoles veteranos no les va mucho mejor, porque tampoco entienden una palabra del lenguaje y porque les importa un pimiento ese mundo tan raro y tan ajeno. Por otro lado, los planes de estudio están tan apretados y tan concentrados en cosas como la morfología y la sintaxis que los profesores que quieren dar otros contenidos y recomendar además otras lecturas no tienen casi espacio para moverse. Y encima se ven obligados a luchar contra la burricie de las familias: “Aunque sólo llevo cuatro años dando clase, ya ha venido algún padre indignado a preguntarme por qué su hijo pierde el tiempo leyendo cuando debería estar estudiando”, dice Fernando.

Luego entramos en el Bachillerato y la cosa sigue empeorando. Porque ahí, a los 17 y 18 años, es cuando se tienen que meter entre pecho y espalda el Quijote y La Celestina, dos textos verdaderamente maravillosos pero dificilísimos de digerir a esa edad. Los clásicos son una estación de llegada, no de partida. Hace falta haber leído y haber vivido bastante para poder gozarlos. La obligatoriedad de estas lecturas sólo convierte esas joyas en un muermo espantable, en un plúmbeo recuerdo que será una losa para toda la vida. Para peor, además, existe el general y apabullante consenso de que esos textos son lo mejor de la literatura española. De manera que a los chavales les dicen que se van a leer lo mejor de nuestra literatura y luego les obligan a meterse en vena esos ladrillos. Con lo cual, como señala Fernando agudamente, no es de extrañar que el pequeño porcentaje de muchachos que, a pesar de este tratamiento de shock, desarrollan un amor por la lectura, huyan todos en tropel despavoridos a leer a los autores extranjeros, y que den por sentado que los españoles somos unos pestiños y escribimos de cosas que no guardan relación alguna con sus vidas. En fin, me pregunto quiénes son los responsables de estos planes de estudio demenciales. Y me respondo: gente que no lee y que no ama los libros. De otro modo no se entiende semejante empecinamiento en la catástrofe.







(Ah, no es un cabreo por la bajada del 5%)

4.5.10

Tras otra agresión...dando la cara. Gracias Eneas.

COMUNICADO DIRIGIDO A TODA LA COMUNIDAD EDUCATIVA

El pasado 25 de Marzo sufrí una agresión por parte de un alumno en el IES Saladillo (Algeciras) durante la realización de una actividad complementaria. Este alumno acababa de regresar de una expulsión de dos días por insultar repetidas veces a una profesora del mismo centro.

El día en que se produjo el incidente, el alumno agredió a otro compañero de clase y ocasionó algunos desperfectos materiales, por lo que le comuniqué que debía dirigirse a Jefatura de Estudios. Durante el trayecto el alumno hizo caso omiso de mis indicaciones y me propinó dos puñetazos en el pecho con total descontrol.


Tras la agresión, y el consecuente malestar anímico que me provocó, y a pesar de que me animaron a solicitar una baja laboral, opté por reclamar algo tan lógico como poder acudir a mi puesto de trabajo sin tener que cruzarme con mi agresor. Cuál fue mi sorpresa cuando la Directiva del centro me respondió que con veintinueve días de expulsión sería suficiente.

Durante el tiempo que duró la expulsión del alumno traté de hacer ver al claustro y a la Dirección que estaba en mi perfecto derecho e ineludible obligación de seguir trabajando en el centro en unas condiciones dignas. Cuando solicité una explicación a la inspectora de la zona, del por qué debería seguir conviviendo con el alumno agresor y arriesgarme con ello a seguir sufriendo provocaciones o agresiones una vez finalizado el castigo, ella me explicó que el protocolo seguido por la Directiva era el correcto y que la decisión de la sanción que le correspondía al alumno le compete sólo al Director.

Este pasado Viernes 30 de Abril me vi obligado a despedirme de mi centro debido al regreso inminente del alumno sancionado. Ese día se celebraba un acto en repulsa a la citada agresión. Los profesores expresaron en un comunicado su postura contra la violencia y destacaron la falta de instrumentos que nos facilita la Administración para combatirla. Además de esto, los alumnos del instituto se manifestaron también portando pancartas donde se podían leer lemas como: “¿Por qué se va el agredido y no el agresor?”o“Una agresión = 29 días de expulsión” y sobretodo leyendo un comunicado dónde pedían explicaciones a la Directiva. De esta manera considero que dieron una lección de ética y valor a gran parte del profesorado del centro, que no asumieron como suya mi reivindicación del traslado del alumno sancionado a otro centro como medida no sólo disciplinaria, sino también en prevención de otras provocaciones o incidentes violentos.

No tardó mucho en producirse una muestra de que mi reclamación era justa. Ese mismo día, a la salida del centro, varios compañeros pudieron comprobar como el alumno agresor pateaba mi vehículo y me insultaba repetidas veces.

Os comunico estos hechos con la intención de hacer reflexionar a toda la comunidad educativa sobre los siguientes aspectos:

¿Cómo es posible que una Directiva del centro pueda actuar de una manera tan insolidaria con un compañero y que la Administración lo consienta?

Y en segundo lugar, pero no menos importante, ¿Cuántos incidentes violentos van a tener que producirse para que la Administración tome conciencia de que este Sistema Educativo no puede atender las necesidades –de una forma real- de este tipo de alumnado?

No disponemos de los medios adecuados y suficientes para integrar en el Sistema Educativo a muchos de estos niños problemáticos. La integración social de estos conciudadanos es totalmente necesaria, pero debemos ser realistas, y procurar que ello no signifique graves perjuicios para el resto del alumnado y profesorado.

Creo que los acontecimientos que han motivado este comunicado, son lo suficientemente
importantes como para agitarnos y hacernos despertar de la apatía e inoperancia en la que estamos sumidos muchos docentes y, por supuesto, padres y Administración. Esta es una prueba más de que la sociedad en general debe empezar a movilizarse por mejoras y cambios sustanciales en muchos aspectos de nuestro Sistema Educativo, con el objetivo de conseguir la enseñanza que nuestra sociedad se merece, en donde profesores y alumnos puedan trabajar y crecer en condiciones dignas y en donde la convivencia pacífica y el buen aprendizaje en los centros, no sea una reivindicación y sí una realidad cotidiana.

Eneas Ramírez Cabrera