Mostrando las entradas con la etiqueta Entrevista. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Entrevista. Mostrar todas las entradas

23.6.11

Reglar: legislar para controlar la educación



Bien vale, para la tranquilidad mental y profesional de un docente de a pie como quien esto escribe, que todo un coordinador de los informes PISA tenga a bien reflexionar sobre el grado de control al que estamos sometidos los y las docentes y el sistema educativo general. Más o menos aquello de dejar todo atado y bien atado que dijo, hace años, el dictador.

Poco ha cambiado el sistema desde entonces en este aspecto y si ha habido algún cambio ha ido siempre más en la dirección de controlar desde arriba lo que se hace no sea que desde abajo se vaya a desmadrar el sistema y nos salga algo que no queremos. Claro, que viendo lo que hay, uno se extraña que bajo ningún concepto, cifra, análisis o lo que se quiera de todos esos resultados que nuestra educación ofrece desde distintos estudios, informes, pruebas, etc... nunca se haya apostado por detectar problemas y proponer soluciones desde cada centro y cada aula, y que el sistema se adapte a esas realidades y no las realidades al sistema.

Algo parecido viene a decir este artículo publicado en el diario Público. El final es de manual.

"La educación española está demasiado reglada"
Andreas Schleicher, coordinador del Informe PISA sobre educación, lamenta el aislamiento de los docentes en España


FERNANDO VICENTE SEVILLA 22/06/2011

Nacido en la fría ciudad de Hamburgo, puerto del norte de Alemania, Andreas Schleicher llegó ayer a una tórrida Sevilla para romper los esquemas de los parlamentarios andaluces. Estos querían oír las explicaciones del coordinador del Informe PISA de la OCDE sobre los reiterados malos resultados del sistema educativo español y lo primero que hizo fue romper mitos.

Sostiene usted que en España los profesores no están mal pagados.

Absolutamente. En términos comparados, España no invierte poco en educación y trata bien a sus profesores. El problema es que no les proporciona el tipo de ambiente laboral que se da en los sistemas educativos que mejor funcionan y que gastan su dinero de otra manera, dando prioridad a la calidad de los profesores sobre el tamaño de las aulas.

¿El problema está en el profesorado?

España debe asegurarse de atraer a los mejores profesores para crear las aulas más exigentes y de conseguir a los mejores directores para las escuelas más difíciles. Debe movilizar sus recursos para crear un ambiente en el que todo el mundo pueda progresar, en el que los profesores aprendan de los profesores, las escuelas aprendan de las escuelas

¿Cómo se hace eso?

Primero abandonando un sistema que ha sido muy reglado, de los que más en la OCDE, que les impone a los profesores no sólo qué hacer sino también un currículo sobrecargado. E instaurando otro que ponga el énfasis en la capacidad de los estudiantes para extrapolar lo que saben y aplicar sus conocimientos. Con un currículo tan extenso y detallado los profesores tienen que dedicar la mayor parte de su tiempo a recorrer su contenido, sin poder entrar en él con profundidad. En los sistemas con más éxito aprendes menos cosas con mayor profundidad y aprendes a usar ese tipo de conocimientos.

¿Y después?

Apostando por crear una carrera profesional. Ahora mismo el ambiente es más el de un entorno industrial, en el sentido de que alguien te dice lo que hacer y lo haces. La profesión médica es un buen ejemplo de cómo se crea conocimiento desde la misma profesión. A los médicos no les decimos lo que tienen que hacer, sino que les dotamos de la competencia profesional y les decimos qué objetivo deben conseguir.

La primera propuesta del candidato socialista a las generales, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha sido aplicar a la educación el sistema de acceso a la sanidad.

No conozco ese sistema, pero sí puedo decir que la profesionalización es clave.

Pasan un duro examen de selección inicial y luego se forman en los hospitales

Exactamente. En los mejores sistemas la educación del profesor se realiza fundamentalmente en la escuela, no en la Universidad. En Finlandia van a la Universidad el primer año y en el segundo ya van a una escuela a trabajar con otros profesores.

Y allí también estarán mejor pagados que aquí

De hecho, en términos de PIB, en Finlandia ganan menos. Atraer a los mejores a la profesión educativa es muy importante, y no se trata tanto del salario como del tipo de ambiente. Es el tema de las perspectivas profesionales, de la diversidad profesional, del potencial para aprender de otros profesores, de que el buen trabajo sea reconocido En definitiva, que exista una carrera profesional.

¿Y ahora no lo hay?

En España el profesor trabaja aislado en su aula, sin apenas relacionarse ni intercambiar experiencias. Hoy, un profesor que empieza enseñando matemáticas, 25 años después sigue enseñando matemáticas.

10.12.09

Hijos y límites.

Diario de Jerez publicaba hace unos días esta interesante entrevista con el juez de menores José Miguel Martínez González del Campo en la que una persona como él, ajena al sector docente pero con muchísima relación con el lado más oscuro del mismo, viene a decirnos cómo se ve a la familia y a la educación desde otro prisma.

"No ponemos límites a nuestros hijos; no los tomamos en serio"

Los problemas educativos, la falta de control paterno, el botellón o la escasez de valores son algunos de los problemas que el juez de menores de la ciudad considera como grandes males de la juventud


José Miguel Martínez González del Campo es cordobés con sangre sanluqueña y magistrado del Juzgado de menores de la ciudad.

¿Cómo definiría a la juventud de hoy en día?

Yo diría que gran parte de la juventud es como la de toda la vida. Nosotros siempre decimos que los menores no cometen delitos, sino errores. Precisamente, se está en una edad, de los 14 a los 18 años en los que se puede rectificar, lo que ya no ocurre cuando eres mayor. La gran parte de la juventud tiene sus problemas, pero hay algo que está fallando, que es la educación que los padres les damos a nuestros hijos. No hemos sabido ponerles unos límites, no hemos sabido tomárnoslos en serio.

¿Tanta responsabilidad tienen los padres en lo que hagan o dejen de hacer sus hijos?

Sí. Muchos padres llegan cansados del trabajo y no tienen tiempo para sus hijos, y el niño resulta que luego campa a sus anchas porque no hay nadie que le indique el camino. Por eso se viven situaciones como las que tenemos aquí en el Juzgado: chavales que han perdido el control y familias que no saben nada de sus hijos. No se han ocupado de ellos cuando tenían problemas y ahora se preocupan porque se han convertido en un problema.

¿Y los educadores? ¿No tienen también un papel fundamental?

Sí, también hay una responsabilidad clarísima por parte de las autoridades educativas. Lo que no puede admitirse de ninguna de las maneras es que haya un fracaso escolar estrepitoso, sobre todo en Andalucía. Esto es una vergüenza. A pesar de que la Junta disimula las cifras, resulta que el fracaso escolar es de un 34% en Secundaria, pero solo cuentan los que ya han entrado en este ciclo. Si cuentas los que no han entrado, entonces estamos hablando de un 70% de chavales que no superan la Secundaria. Esto es terrible, sobre todo cuando se habla de que la forma de salir de la crisis es mediante la educación, el desarrollo, la innovación…

Lo que pasa es que se le ha perdido el respeto al profesor.

Yo creo que ese es el gran problema. Que se ha pasado de una situación en la que en el colegio nos pegaban con una vara en la mano o te castigaban con un castigo físico a una situación en la que como eso se ha prohibido, no hay ninguna autoridad. La mentalidad de los chavales es: como ya no me pueden tocar, y soy menor, puedo hacer lo que me de la gana. Eso provoca que el profesor se haya ido retirando, haya perdido el control de la clase y no tenga además el respaldo de la comunidad educativa. En el colegio, lo que dice el director es que se arreglen las cosas sin líos, se niegan además a reconocer el absentismo. Lo que se quiere es que los problemas no trasciendan para que el colegio no coja mala fama.

Eso es grave…

Y tanto. Además, el año pasado hicimos un control tanto la Fiscalía como el Juzgado y llegamos a comprobar que el 90% de los menores que pasaban por este Juzgado eran analfabetos. Ojo, estamos hablando de chavales de hasta 18 años, chavales que no saben ni leer ni escribir bien. Tengo montones de cartas que me mandan los chavales que son ininteligibles y a la conclusión que llego es que quieren que los ponga en libertad, pero las cartas no se entienden nada. No te digo nada si les digo que lean una noticia del periódico y hagan un pequeño resumen y lo escriban en un cuaderno. No entienden. Dicen letras, sílabas, pero no saben lo que significa. Ni siquiera leen bien los titulares de los periódicos. Han pasado un curso, otro, otro, simplemente por automatismo. Claro, luego van a buscar trabajo y les echan para atrás a la primera.

¿Cuál es el perfil del menor que llega al juzgado?

Hay de todo. Hay un grupo que han nacido y vivido siempre en ámbitos de marginalidad económica y social. Barrios suburbiales en donde hay droga, marginación, robo, etc. Estos son muy difíciles de rehabilitar, porque desde el primer día que nacieron están acostumbrados a que hay que robar porque hay que comer, y si hay droga, hay que trapichear. Pero es que, además, muchísimos de estos chavales viven en los centros mucho mejor que en sus casas, porque tienen una habitación, sábanas limpias todas las semanas, cuarto de baño para dos… Desayunan, almuerzan, meriendan y cenan a sus horas, y eso no lo tienen en su casa.

Además de este grupo, ¿hay otros?

Hay otro sector, que es el más amplio, que no tienen problemas de marginalidad, pero que ven que la vida es fácil, no tienen límites. Si quieren una moto, se la compran y, si no, la roban. A mí me vino uno diciendo que tenía el mismo derecho que yo a tener un coche, una casa y una tía buena. Y yo le dije que, efectivamente, pero que la única diferencia es que yo, para conseguir todo eso, tuve que tardar 40 años. Pero claro, eso es fácil. Son niños de familias de clase media que no necesitan robar para vivir, pero que sin embargo, lo hacen. Y luego hay otro grupo que me preocupa muchísimo, que son los que tienen problemas psicológicos o psiquiátricos. Comparativamente no son muchos, pero van aumentando poco a poco.

¿Cuáles son los principales casos que acaban en los juzgados?

Lo que hay más son los delitos contra la propiedad: robos, hurtos, apropiación indebida… Después, hay otros casos preocupantes, que son los de las lesiones. La gente se pelea por cualquier cosa, y además se pega fuerte. El tema de la violencia doméstica también está creciendo preocupantemente. Cada año aumentan los casos. Una niña puede pegar a la madre porque simplemente le quita el móvil por la factura tan alta que le llega. Y como la niña se niega a darle el móvil, la discusión acaba en Urgencias porque la niña le ha pegado una paliza a la madre porque quiere el móvil.

¿Y este tipo de casos se da más entre chicos o entre chicas?

En general, los que pasan por el Juzgado, un 80% son chicos y un 20% chicas, pero en este tipo de delito concreto, las niñas han aumentado considerablemente.

¿Qué opina del botellón en la juventud?

Mi opinión es que es inadmisible e intolerable, y que la autoridad, ya sea la municipal o la nacional, no quiere enfrentarse con el problema real que hay ahí. Porque el problema es que no se cumple la ley, hay menores de 18 años que consumen alcohol. Pero es que la autoridad no se atreve a afrontar el problema porque eso luego repercute en los momentos electorales. Y entonces lo que hacen es decir: mira, te vamos a reservar un sitio para que hagas lo que te dé la gana, y eso incluye la comisión de delitos, pero no molestes. Y a mí lo que me irrita es que la autoridad lo consiente y que todo esto se hace delante de la policía. Pero es que encima te dicen que tienen orden de no intervenir. A mí me daría vergüenza ser policía y acatar órdenes ilegales. Pero bueno, esa es la realidad de todos los días.

¿Se ha perdido un poco el norte con los menores? Que una niña de 16 años pueda abortar sin el conocimiento de sus padres ¿No es una barbaridad? ¿O que la edad mínima para tener relaciones sexuales esté en los 13 años?

Lo que es verdad es que hasta hace pocos años era insólito que jóvenes de 14 años mantuvieran relaciones sexuales de manera habitual y sin ninguna cobertura afectiva. Y después, cuando se habla del tema del aborto, yo creo que sí, que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su vida, aunque también habría que pedir la opinión del hombre. Una chica de 16 años puede tener capacidad, otra cuestión es lo de los padres. Me parece excesivo que puedan abortar sin más, no digo la autorización, pero por lo menos que haya un conocimiento por parte de los padres. Y también quizás habría que hacer una prueba de madurez. Pero vaya, lo que no discuto es el aborto en cuanto al derecho de la mujer a disponer de su propio cuerpo. Eso es algo que lo tengo claro desde siempre. De todas formas, en lo que sí hay que insistir es en no llegar a ese momento, es decir: explicar las medidas preventivas que existen hoy día.

Un caso que ha dado que hablar este año ha sido el de Marta del Castillo. ¿No da la sensación de que los imputados se han estado riendo de media España?

Es que hay un error en el planteamiento de la cuestión cuando se dice que se están riendo. Es que los acusados de un delito tienen constitucionalmente derecho no solo a no declarar, sino a incluso a mentir. Si jugamos a la Constitución, jugamos, y si no, la tiramos. Pero: ¿hasta qué punto podemos pedirle a los supuestos delincuentes que colaboren con la acusación? Todos los días, cuando celebramos juicio, lo primero que le decimos al acusado es que tiene derecho a no declarar. Pero además tiene derecho a mentir, y eso lo ha reconocido el Tribunal Constitucional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Y eso, que en este caso nos puede parecer muy mal, tenemos que preservarlo por una razón: porque mañana puedes ser tú o puedo ser yo. No se puede condenar a la gente antes de ser juzgada. Lo malo es que en este país, en el bar de la esquina se resuelven los asuntos jurídicos en diez minutos.

Da la sensación que este caso se ha convertido en un circo.

¿Pero quién ha hecho el circo? ¿Quiénes han sido lo que han difundido esto? ¿Quienes son los que han llevado a la novia de uno de los acusados a un plató con su madre? Las televisiones han ganado millones con ese espectáculo. En los países anglosajones y del norte de Europa esto no se tolera.

¿Tanto daño hace la televisión?

La televisión está siendo mal usada, y en muchos casos peligrosísimamente para la salud de los españoles. Se está llegando al límite de utilizar a los menores para sacarlos y llevarlos de un lado a otro, a programas en los que la gente va a insultarse y a decirse de todo. Yo no acabo de entenderlo. Nunca he sido partidario de la censura, al contrario. Siempre he luchado por la libertad democrática entre la cual está el derecho a la libre expresión y a la libre información. Pero nosotros mismos tenemos que autocensurarnos y darnos cuenta de que no vale todo. Yo sé que una emisora de televisión es un negocio, pero un negocio dentro de la deontología mínima que tiene que tener un periodista.

¿Los menores piensan que solamente tienen derechos y no obligaciones?

Sí, en muchos casos no hay límites. Los niños se creen que tienen derecho a todo, utilizan el método que les de la gana y no hay nadie que les pueda coartar. Y como eso, cualquier otra cosa y sin dar golpe. Aunque eso es una minoría. Y hay que tomar medidas para que esa minoría no se convierta en mayoría. Pero no se trata de que haya más jueces, fiscales o policías, sino que haya más responsabilidad por parte de los padres y los maestros, pero, desgraciadamente, profesores hay pocos y mal pagados

15.9.08

Entrevista: La escuela no es una empresa ni la educación un negocio.

Leo en el Foro de USTEA la siguiente entrevista. Como escribía ayer uno a veces s e queda sin ganas de de nada, pero sigue adelante, leyendo, pensando, y encuentra apoyos como esta entrevista en la que los puntos de vista son tan claros y los razonamientos tan ejemplificadores de lo que estamos viviendo en las escuelas, que uno se siente apoyado al ver que hay más vida, más ideas, que sustentan el punto de vista personal. Espero que la disfrutéis.

"La escuela no es una empresa ni la educación un negocio"

Salvador López Arnal
Rebelión

Francisco Javier Merchán Iglesias, colaborador de www.rebelion.org, es catedrático de Educación Secundaria y Profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de Sevilla. Ha desarrollado trabajos en el campo de la innovación educativa. Miembro del colectivo FEDICARA, investiga actualmente sobre el campo de la práctica de la enseñanza, las reformas escolares y el cambio en la educación. Sobre estos temas ha publicado numerosos artículos. Su último libro lleva por título Enseñanza, examen y control.

Usted ha hablado del giro reciente de la política educativa en España. ¿Cuáles serían las características básicas de ese giro? ¿Por qué afirma usted que se está realizando de forma casi clandestina, como de puntillas?

Como exponía en un artículo publicado recientemente en Rebelión, el giro de la política educativa consiste en abandonar lo que llamo el discurso de la reforma y sustituirlo por el de la gestión empresarial de la escuela. Simplificando un poco, puede decirse que, en el primer caso, la solución de los problemas de la educación sería de orden pedagógico y organizativo, mientras que en el segundo sería de orden tecnoburocrático, de gestión. Yo creo que en España este giro empieza a darse incluso poco antes de que se publique la LOGSE, aunque es ahora cuando se está acelerando su aplicación. El problema para el PSOE es que ellos mismos, junto con docentes y pedagogos vinculados a la renovación pedagógica, denunciaron abiertamente estas políticas -y lo siguen haciendo cuando la aplican gobiernos del PP-, de manera que cuando la ponen en marcha tienen que hacerlo disfrazándolas con tópicos como la calidad de la educación o la defensa de la escuela pública.

Según usted, las políticas educativas de algunas comunidades españolas sigue la estela de las formas de gestión empresarial, las supuestas bondades de la lógica del mercado y el marco teórico aplicado por Margaret Tatcher y el señor Blair de la Tercera Vía en Gran Bretaña, y por G. Bush II en USA. ¿Qué balance puede trazarse de estas políticas educativas hasta la fecha? ¿Han conseguido los resultados esperados?

El balance es más bien desastroso. Esta política de la gestión empresarial de la escuela, no sólo no ha dado los resultados que decían perseguir –mejorar el rendimiento académico de los alumnos-, sino que ha traído consecuencias negativas para la profesión docente y para la mejora de la educación. Para el caso de Gran Bretaña yo recomendaría la lectura del libro de WRIGLEY (WRIGLEY, T. (2007) Escuelas para la esperanza. Una nueva agenda hacia la renovación. Madrid: Morata); en el caso de USA esta política se plasmó en la ley NCLB (No Child Left Behind), y el balance es igualmente negativo para la escuela pública norteamericana. Precisamente el último número de la revista Rethinking Schools se dedica monográficamente a este asunto.

Critica usted que estas políticas educativas se inspiran en unas doctrinas ocultadas a la ciudadanía. ¿Cuáles son los principios básicos que rigen esas doctrinas ocultadas?

Bueno, efectivamente, la doctrina existe pero no se publica ni se somete al debate público. Esta doctrina se basa en la fe ciega en la lógica del mercado y en las formas de gestión empresarial. Se da por supuesto que aplicándolas a la escuela se resolverán todos los problemas. Pero, claro, la cuestión es que la escuela no es una empresa ni la educación un negocio, de ahí que el primer paso de esta política consiste precisamente en eso, en hacer de la escuela una empresa y de la educación un negocio, lo que está produciendo numerosos conflictos y situaciones contradictorias. Pero es que además, esa fe en el mercado y en las formas de gestión empresarial es la que nos conduce a una catástrofe medioambiental y a crisis económicas cada vez más aguda, así que como para fiarse de ella.

Numerosos conflictos y situaciones contradictorias, dice usted. ¿Podría ilustrarnos esta afirmación?

Por ejemplo, en los centros escolares esta política provoca malestar entre los docentes, que se ven obligados a competir entre ellos y a actuar de manera artificiosa para responder a los objetivos de rendimiento que se les marca. Otro ejemplo sería la contradicción que supone una enseñanza basada en competencias y un sistema de evaluación basado en exámenes.

En sus diversos trabajos y artículos, parece estar a favor de la escuela comprensiva que se pretendió con la primera reforma educativa de las enseñanzas medias (LOGSE de 1991). ¿Qué es la escuela comprensiva? ¿Por qué se ha orillado esa finalidad, aunque, según usted mismo argumenta, de hecho no se reconozca ese cambio?

A mi me parece necesario clarificar los conceptos de reforma educativa, escuela comprensiva y analizar más en profundidad el caso concreto de la reforma LOGSE en España. Creo que especialmente en el seno de la izquierda reina mucha confusión sobre estos temas y ello conduce a posiciones muy contradictorias. La idea de la escuela comprensiva se plantea como un medio para corregir la desigualdad social; frente a la existencia de dos itinerarios educativos –por ejemplo, en España, la FP y el Bachillerato-, uno destinado a trabajadores manuales y otro para futuros universitarios y dirigentes, la escuela comprensiva postula un tronco común de enseñanza, igual para todos al menos hasta los 16 años. Además, la escuela comprensiva está asociada a los llamados métodos activos, herederos de la Escuela Nueva y de la llamada pedagogía progresista. En algunos países –por ejemplo Gran Bretaña, los países nórdicos o España-, la reforma educativa de los años 60 y 80, se inspiraron en estos principios, pero el caso es que realmente no se llegaron a aplicar; es decir, la LOGSE, por ejemplo, se apoyó en este discurso, pero en la práctica nunca llegó a generalizarse, incluso antes de llegar al BOE, el proyecto ya estaba liquidado. Me pregunta si tengo una opinión favorable sobre la escuela comprensiva, entonces tengo que matizar mi respuesta. De entrada le diré que no creo que la solución de los problemas de la educación esté en que se impartan tales o cuales contenidos o en que se utilicen unos u otros métodos. Esto ayuda, pero no es determinante. Los problemas de la educación son problemas de orden social. Mi posición con respecto a la escuela es más bien escéptica, no creo que la escuela del capitalismo puede cumplir el proyecto ilustrado de la generalización del conocimiento. Ahora bien, dicho esto, me parece que es bueno que haya un tronco común y que se empleen los métodos de enseñanza que mejor favorezcan la adquisición de conocimiento.

¿Y por qué no cree que la escuela en el capitalismo pueda cumplir el proyecto ilustrado de la generalización del conocimiento? ¿No se ha conseguido en otros países? Pienso en los países nórdicos, por ejemplo, Finlandia especialmente. Tal vez en Francia en algunos períodos históricos; incluso en Canadá.

Por diversas razones, el caso de los países nórdicos es peculiar. Pero en general insisto en que atribuimos a la escuela una potencia que no tiene realmente. Incluso en estos países que menciona, el desarrollo cultural debe mucho a sus circunstancias sociopolíticas y económicas, a su historia. El problema de la escuela es que resulta desproporcionado el tiempo que pasan los alumnos en ella y lo que realmente aprenden.

A usted le parece una injusta simplificación afirmar que los males que hoy aquejan al sistema educativo español son consecuencia de aquella política de reformas. ¿Por qué? ¿Sigue usted defendiendo la LOGSE? ¿Por qué afirma que, de hecho, no se aplicó nunca?

Como dice Popkewitz, las reformas escolares son sucedáneos de reformas sociales y, finalmente, se quedan en pura retórica. En la historia de la educación, ninguna reforma ha cumplido con los objetivos que decían perseguir, tampoco la reforma basada en la escuela comprensiva, ni, por supuesto la LOGSE. Creo que este es uno de los grandes mitos del discurso socialdemócrata, hacer creer que cambiando la escuela se tendrán más oportunidades y se conseguirá reducir las diferencias sociales. Ni las reformas cambian la educación ni la educación resuelve las desigualdades sociales. Los datos demuestran de manera contundente que las cosas no ocurren así. Pero este mito es deudor de otro de más amplio espectro como es el de las infinitas bondades de la escolarización. Mi amigo Raimundo Cuesta en su libro Felices y escolarizados, pone el dedo en la llaga cuando cuestiona lo que denomina “sospechoso consenso transcultural”. A la escuela se le atribuyen unas posibilidades que realmente no tiene, al menos la escuela que conocemos: no sirve para la promoción social y ni siquiera es capaz de democratizar el acceso a la cultura. Así que a las reformas y a los discursos pedagógicos hay que ponerlos en su sitio y no caer en la trampa de atribuirles unas virtualidades que no tienen. Naturalmente, creo que se desprende de lo anterior que yo no es que no siga defendiendo la LOGSE, es que no la he defendido nunca. Otra cosa es que algunas de las tesis de las que se apropió el discurso reformista me parezcan interesantes a la hora de pensar cómo podría ser una alfabetización crítica de los jóvenes.

Los problemas de la educación en España, ¿pueden reducirse básicamente al ámbito de la gestión?

Hay gentes que afirman que si las cosas no funcionan bien es porque el sistema educativo está mal gestionado, que ése es el nudo débil del sistema. Creo que la gestión no es el problema principal. La escuela refleja lo que ocurre en el conjunto de la sociedad. De manera que si queremos saber lo que ocurre dentro de ella, hay que mirar fuera. En España hay un problema de recursos, hay una historia que pesa, hay un contexto sociocultural poco propicio. En fin como digo, hay problemas más importantes que el de la gestión.

Por cierto, ¿podemos hablar de política educativa española o de políticas educativas diferenciadas por comunidades?

Actualmente la política educativa viene marcada por instituciones transnacionales. Al menos en España se están siguiendo las directrices de la OCDE, del Banco Mundial y de lobbys tecnoburocráticos. Así que, salvo matices, no son los gobiernos los que gobiernan, ni en el conjunto del Estado ni en las comunidades. Basta fijarse en la similitud de las políticas que siguen unos y otros.

En su opinión, ¿qué sería un resultado óptimo en educación? ¿Cómo puede medirse su grado de consecución?

El resultado óptimo de la educación debe considerarse desde una perspectiva política, pues, al fin y al cabo, la educación es política de la cultura. Para mi la educación debe perseguir la formación crítica de niños jóvenes, es decir, una formación que les ayude a entender por qué vivimos de esta forma y a pensar acerca de si es posible vivir de otra mejor. Naturalmente esto requiere la adquisición de instrumentos básicos como la lectura, la escritura, el cálculo y otros conocimientos acerca de la historia y la vida social. Naturalmente, el grado de consecución de todo esto es difícilmente medible, entre otras cosas porque sólo se manifiestan en la acción y no en el tipo de pruebas que suele practicarse en la escuela. No obstante la adquisición de algunos aspectos de carácter instrumental y decisivos –como la lectura, la escritura, la expresión oral o el cálculo- puede apreciarse de manera más directa sin que sea necesario cuantificar ni examinar. Quienes trabajan diariamente con los alumnos en las aulas, saben perfectamente el grado de dominio que tienen.

¿Por qué cree que las clases medias han abandonado o medio abandonado el sistema público de enseñanza en estos últimos años?

Es muy sencillo. Por una parte, uno de los objetivos de la escolarización es la socialización entre iguales, de manera que la extensión de la escuela secundaria a las clases populares, ha hecho que la clase media busque centros en los que no estaba este tipo de alumnos. Además, buena parte de la clase media sólo dispone de los títulos escolares para la reproducción de su posición, así que la masificación les ha obligado a buscar lo que Bourdieu llamó estrategias de reconversión.

¿Está usted a favor de la existencia de la escuela concertada? ¿No es un oxímoron que un negocio privado sea financiado con dinero público?

No era ésa, su permanencia, la intención inicial. Se hablaba entonces, si no ando errado, de medidas provisionales hasta que la escuela pública tuviera más medios y llegara a más lugares. Efectivamente, la idea de la escuela concertada era provisional, pero la LODE la convirtió en estructural. La existencia de esta “doble vía de escolarización” es uno de los grandes problemas del sistema educativo español. Entre otras razones, porque la tendencia es a descompensarse a favor de la privada concertada. Naturalmente, no estoy de acuerdo con ello: en mi opinión debería haber un buen sistema público. El que quiera centros privados debe pagarlos.

¿Qué papel juega la Iglesia católica en el sistema educativo español? ¿Cree que es posible, realista y necesario poner bridas a sus amplísimas necesidades de ocupar una posición dominante?

El caso es que una parte muy importante de esa red de centros privados concertados es de la Iglesia. Así que, en este asunto, como en otros, su papel es muy influyente. En este sentido el caso de España, junto con el de Bélgica, es excepcional. Me temo que el problema tiene hoy difícil solución. Los últimos gobiernos han hecho cada vez más concesiones a la Iglesia y no parece que, salvo en aspectos secundarios, la cosa vaya a ir en otra dirección. Todo el mundo sabe que el problema está en el Concordato.

Habla usted en sus artículos de la tradición de la pedagogía progresista que siempre ha reclamado, escribe usted, “una enseñanza para la vida”. ¿Qué sería una enseñanza para la vida? ¿Por qué afirma que no hay nada más alejado de la vida que la propia escolarización?

La enseñanza para la vida quiere decir una enseñanza que esté relacionada con los problemas de nuestro tiempo, una enseñanza que sea capaz de ayudar a los jóvenes a entenderlos, afrontarlos y a buscar alternativas. La tradición de la Pedagogía progresista se ha situado en este marco de pensamiento sobre la educación, aunque esto se ha formulado de maneras distintas e incluso contradictorias: Dewey, Freinet –el maestro del pueblo- o Freire. Pero la escuela del capitalismo es una escuela alejada de la vida, una escuela en la que el conocimiento que se maneja hace gala de su distanciamiento de lo real, una escuela que frente al estudio de problemas sociales, organiza el conocimiento en torno a viejas e inútiles disciplinas. En este sentido la escuela que conocemos es más un lugar de encerramiento que de distribución del conocimiento.

Usted se manifestado contrario a los exámenes como el elemento clave de la práctica de la enseñanza, que se convierte entonces, afirma, en una actividad centrada en su preparación. ¿Qué pondría usted en su lugar? ¿Cómo evaluaría el esfuerzo del alumnado?

Como ocurre con tantas otras cosas, el examen es un invento que se acaba naturalizando. El examen se inventa cuando se establece la escuela graduada y se hace necesario determinar con criterios supuestamente objetivos quién pasa de un curso a otro. Pero detrás de eso se esconde un mecanismo de selección social basado en el hecho de que los hábitos para su preparación se adquieren mejor en el seno de las clases medias que en las familias de clases populares. Entre otras perversiones, efectivamente, el examen acaba polarizando la enseñanza, de manera que los profesores no enseñan sino que preparan a los alumnos para los exámenes y estos no estudian sino que preparan exámenes. Esta dinámica empobrece enormemente el conocimiento y la enseñanza: cuando en un examen se pregunta, por ejemplo, por las causas de la revolución industrial, no es esa la pregunta, en realidad se le dice al alumno “dime las cuatro causas que te dije ayer”. Disponer de alternativas viables en un sistema complejo como es el mundo de la educación es muy difícil; fórmulas existen, por ejemplo las que se utilizan en las Escuelas Democráticas de USA. En este caso el alumno da cuenta del trabajo realizado, en una exposición pública ante sus propios compañeros, familias y profesores. Sin embargo, ésta u otras fórmulas son difícilmente viables porque cambiar un elemento del sistema es complicado si no cambian todos los demás. En esto nos tenemos que mover entre la necesidad y el deseo, es decir, entre lo que queremos y lo que podemos hacer. Y, al mismo tiempo, huir del idealismo pedagógico, es decir, de pensar que cambiando el método o el currículum cambiará la educación.

¿Cree usted que una parte muy importante del rendimiento académico esta ligado al contexto sociocultural de los alumnos? ¿Por qué? Si fuera así, ¿cómo superar las diferencias?

Bueno, sobre esto los datos son contundentes: aunque no es determinante, existe una relación clara entre rendimiento académico y origen sociocultural. Con los conceptos de capital cultural y capital escolar Bourdieu explicó esta relación. También contribuyó a ello Bernstein con su teoría de los códigos lingüísticos o su estudios sobre la clase social y las formas de transmisión cultural. Superar las diferencias no es fácil, ya que el problema está en que la cultura de la escuela es una cultura de clase media en la que los chicos y chicas de clases populares se siente incómodos, con menos recursos e incluso rechazados. Ahora que tanto se habla de Finlandia, una de los datos que apenas se menciona para referirse a sus buenos resultados en el informe PISA es que se trata de una sociedad mucho más igualitaria que las demás. Repito que los problemas de la educación son problemas que tienen su origen en el tipo de sociedad. Así, si no se superan las diferencias sociales no es fácil superar las diferencias en el rendimiento académico. En el día a día hay que hacer todo lo posible –refuerzos, actuaciones específicas, etc.-, pero no podemos hacernos la ilusión de que eso será suficiente.

Esta política de productividad relacionada con el rendimiento académico de los alumnos, ¿qué consecuencias tiene para el funcionamiento del sistema educativo? Usted mismo ha apuntado que a la larga, esa política acaba discriminando a las escuelas que necesitan mayor compromiso. ¿Por qué?

La primera consecuencia es que se hace responsables a los docentes del rendimiento de los alumnos, cuando sabemos que en ello influyen numerosos factores que se escapan a su actuación. Otra de las consecuencias es que solamente tendrán importancia aquellos aspectos que puedan medirse a corto plazo, mientras que otros que puedan tener más relevancia –como, por ejemplo, el espíritu crítico- queda en un plano muy secundario. Si la productividad se centra en el rendimiento medible, resulta que las posibilidades de progresar de los alumnos de contextos populares son mucho menores que las de los alumnos de clase media, de manera que cunde la desmoralización entre los docentes que trabajan en zonas más deprimidas. Que un alumno que saca habitualmente ocho pase a diez no es difícil; hacer que uno que saca tres pase a cinco y lo mantenga, entraña una extraordinaria dificultad ¿Está de acuerdo con la estrategia de introducir dinámicas de competitividad entre colegios e institutos en el ámbito público? Según creo, en Cataluña cuanto menos, esto se suele presentar, con música y colores, como la última conquista de la modernidad postmoderna. Muchas cosas se nos presentan como última modernidad cuando son en realidad tan antiguas como el capitalismo del siglo XIX. Como digo en mi artículo de Rebelión, la fascinación por la lógica del mercado es la fiebre de los gobernantes de uno y otro signo, la realidad, sin embargo viene demostrando hace tiempo que esta fe en la doctrina del mercado puede acabar conduciendo a la humanidad a una catástrofe a costa de los intereses de los grandes monopolios y de los políticos burócratas.

La comunidad educativa anda revuelta. Hace pocos días hubo una gran manifestación en Madrid a favor de la escuela pública. En Cataluña el sector se puso en huelga general. La supresión del nocturno en Cataluña está levantando a diversos sectores. ¿Qué opinión le merecen estas movilizaciones?

Sí, también en Andalucía hubo una jornada de huelga en contra de la Orden de Calidad y mejora de los rendimientos escolares, y en Canarias llevan meses con un conflicto de envergadura. Como dije anteriormente la política educativa que se viene aplicando en el conjunto de España es muy parecida y el rechazo entre los docentes va tomando cuerpo. Lo que ocurre es que algunos sindicatos de la enseñanza actúan de manera distinta –e incluso contraria- en una comunidad y en otra, pero yo imagino que esas contradicciones se irán dirimiendo y es posible que pueda llegarse a una movilización general en todo el estado. La masa crítica existe ya, el descontento de los docentes y de padres y madres no para de crecer, todo dependerá de la actitud más o menos complaciente con el poder que mantengan algunos sindicatos.

Tengo tentaciones preguntarle a qué sindicatos se refiere pero me controlo. ¿Cómo concibe usted una relación fructífera entre maestros y profesores con alumnos, padres y madres?

Esa relación no puede ser más que de colaboración. Es cierto que entre los docentes hay cierta aversión a padres y madres, y probablemente ello forma parte de intereses corporativos. Por su parte la política basada en la gestión empresarial de la escuela está generando un marco que dificulta esa colaboración ya que impone un esquema mercantil de relación.

¿Qué opina del perfil de dirección escolar que le legislación española viene construyendo en los últimos años? ¿Cree que se acabará imponiendo la instauración de gerentes al frente de los centros escolares? ¿Cree que es más bien una moda pasajera?

Como usted sabe muy bien, algunos sectores del profesorado están a favor de estas medidas. Bueno, siempre ha habido partidarios de ese modelo de dirección, pero nunca he escuchado argumentos de peso. La dirección de un centro escolar no requiere una especial cualificación para la gestión. Realmente lo que requiere la dirección es capacidad de liderazgo democrático, capacidad para poner en marcha iniciativas. La historia más reciente demuestra que los centros escolares que mejor han funcionado, los que han desarrollado programas de trabajo más comprometidos con la mejora de la educación, han tenido una dirección de este tipo. No sé si el gerencialismo que se está imponiendo acabará por asentarse en la cultura de la escuela, lo que sí puedo decir es que ese modelo de dirección no va a mejorar la formación que reciben niños y jóvenes.

¿Por qué afirma usted que la escuela es una institución que sigue funcionando con la estructura del siglo XIX?

Bueno, la pregunta es compleja. También la escuela es una invención, no ha existido siempre. El modelo organizativo de la escolarización es el que se construye en el siglo XIX al mismo tiempo que la burguesía construye el estado liberal, es parte de ese proceso. Lo que Raimundo Cuesta denomina modo de educación tecnocrático de masas adviene en España a mediados del siglo XX –en torno a la LGE-, con la masificación de la escuela primaria y, más tarde secundaria. Sin embargo, a pesar de que el público y muchas otras cosas han cambiado sustancialmente, la escuela mantiene la misma estructura monástica del XIX debido, entre otras cosas, a que se trata de una institución muy resistente al cambio. Este es una de las grandes contradicciones de la institución escolar en nuestro tiempo.

¿Ha observado diferencias de peso entre las políticas educativas del PP y las del PSOE? Si es así, ¿cuáles?

No se qué entiendes por diferencias de peso. Algunas diferencias sí que hay pero no las veo muy relevantes. En realidad tengo la impresión de que el PSOE acaba haciendo la política educativa del PP sólo que después de haberla criticado y utilizando unas formas y un lenguaje que no enoje a algunos sectores de la renovación pedagógica.

Usted sostiene que la tesis de que se va a conseguir la calidad educativa aplicando la lógica de la empresa al mundo de la educación tiene que argumentarse y demostrarse. ¿Qué tipo de demostración está pidiendo usted? ¿Hay alguna que le podría convencer? ¿Qué datos y argumentos debería esgrimir?

Lo que quiero decir es que éste, como en otros campos, se da por evidente una verdad que es muy discutible; mientras que los demás nos vemos obligados a razonar nuestras puntos de vista, algunos, sobre todo cuando tienen poder, parece que tienen una bula especial: son porque están. Yo no pido datos, sino argumentos. Al final, la enseñanza consiste en lo que alumnos y profesores hacen dentro de la clase. Entonces una política de mejora de la educación tiene que explicar por qué si se desarrollan sus tesis unos y otros van a hacer algo distinto y mejor de lo que hacen ahora. Esto es lo que hay que explicar.

Gobernar la educación como si fuera una empresa tiene efectos colaterales y secundarios, señala usted, que pueden acabar liquidando lo que queda de la escuela pública. ¿Qué efectos colaterales son esos?

Como he dicho antes, esta política desanima a los docentes que trabajan en condiciones más difíciles, enrarece el clima de los centros, creando jerarquías y competitividad frente a la necesaria colaboración y, en fin, dinamita la relación de padres y madres con la escuela. Estos son los efectos más perjudiciales y todos ellos afectan de manera especial a la escuela pública ya que su estatus es más débil.

¿Cree que los problemas de la educación en España se deben a que maestros y profesores no se emplean a fondo en su trabajo? ¿Usted está de acuerdo con la figura del funcionario docente? ¿No es acaso verosímil afirmar que algunos profesores, y no pocos, se comportan como funcionarios a la antigua usanza?

Aquí se mezclan varios asuntos. Yo creo que todo el mundo tiene derecho a un trabajo estable. Me parece secundario si la fórmula es la de funcionario u otra. Por otra parte, no me cabe duda de que hay docentes que trabajan más y otros que trabajan menos, pero esto ocurre en todos los ámbitos y no por eso decimos que los problemas vienen porque los trabajadores no se emplean a fondo. No creo que los problemas de la educación puedan atribuirse a que los docentes trabajen más o menos. Este asunto, aunque no habría que despreciarlo, no es fundamental. El trabajo de la enseñanza tiene hoy muchos aspectos indefinidos que con el tiempo habría que ir perfilando. Es curioso porque en estos tiempos de supuesta autonomía pedagógica, los docentes tienen cada vez menos posibilidades de actuar con libertad y su trabajo se ha ido burocratizando cada vez más. La identidad de la profesión docente –de claras raíces sacerdotales, por cierto- está fuertemente cuestionada porque también responde a un modelo obsoleto. Redefinir esa identidad sí es una cuestión importante.

Para finalizar, señale usted algunas mejoras que la parezcan imprescindibles en la enseñanza pública española y que no sean utópicas, o sean utópico-realistas.

Los problemas son complejos y las soluciones, por tanto, no son fáciles, pero es cierto que podrían tomarse algunas medidas. Por ejemplo, mayor inversión. La disponibilidad de recursos no lo resuelve todo, pero en España estamos muy por debajo de las cantidades que otros países invierten en educación. El problema de la escolarización de inmigrantes es un asunto que también habría que abordar. No puede ser que la escuela pública se ha cargo de manera casi exclusiva de la escolarización de este colectivo. Entiendo que habría que afrontar el carácter obsoleto del currículum, la conveniencia de insistir en lo que Beane llama el currículum integrado, es decir, organizar el conocimiento en torno al estudio de problemas sociales relevantes. En fin, es urgente poner en marcha en los centros escolares lo que yo llamaría programas de alfabetización crítica, porque lo que resulta inadmisible es que los alumnos no sean capaces de leer y escribir. Este no es un problema de la Educación Primaria ni de la Secundaria; imparto clases en 3º de ESO y en 5º de Pedagogía y veo que la Universidad tampoco enseña. Todo es copiar, memorizar y repetir. La lectura y la escritura son herramientas fundamentales sin las cuales es imposible avanzar en el conocimiento. Pero, insisto, no debemos caer en el idealismo pedagógico, es decir, en pensar que los problemas tiene solución con tal o cual método de enseñanza. El cambio y la mejora de la educación no está sólo ni fundamentalmente dentro de la escuela.

18.6.08

Preguntas y Escuela.

Aulablog21, cuyo enlace figura en la barra lateral de El Pizarrín, se hace eco de una entrevista a Javier Martínez Aldanondo Gerente de la División de Gestión del Conocimiento de Catenaria y en la que responde a cuestiones tan aparentemente simples como por qué la escuela no enseña a preguntar. Como sus palabras me parecen claras, aquí os las dejo:


¿Por qué la escuela no enseña a preguntar?

Creo que una de las claves para aprender es esa. Tú solo aprendes si eres curioso. Si te haces preguntas. Lo que pasa es que en el colegio es muy difícil administrar a treinta niños haciéndose, haciéndote preguntas. Puedes con uno en tu casa, pero con treinta es imposible. Aunque sea la forma natural de aprender, el colegio hace todo lo contrario: niño que tiene inquietudes, niño que crea problemas, porque como toda fábrica, tiene controles que debe cubrir, tiene los programas del ministerio, tiene los padres mirando, entonces el problema es ese. La escuela está llena de respuestas a preguntas que tú no te haces. Si tú no te ves “apretado” entonces no te interesa a respuesta. Es mucho más seguro para el profesor tener respuestas que preguntas. Las preguntas ponen en aprieto al profesor, las preguntas son súper difíciles de controlar.

El problema es que en esta sociedad de la innovación, en esta sociedad del conocimiento, lo único que te garantiza que vas a estar activo, son las preguntas. Puede que la respuesta que te vale hoy ya no te valga mañana. Entonces no te puedes agarrar de una respuesta, tal vez mañana no te sirve.

Inteligentes respuestas a preguntas como:

¿Qué es innovar?

¿Cuáles son las tres o cuatro cuestiones básicas que debería enseñar la escuela?

¿Cree que las redes sociales que promueve Internet son beneficiosas para el aprendizaje?
Si tú no enseñas a los pequeños a hacerse preguntas, es muy difícil que cuando sean adultos –en el mundo laboral– esperes que tenga iniciativa, innove, porque nunca supieron hacerlo, siempre siguieron una serie de órdenes; por tanto no tienen nada que preguntarse, nada de qué dudar, por tanto no tienen nada que argumentar ni por que mostrar desacuerdo. En la escuela, si sigues las reglas, tienes que responder al pie de la letra y cuando respondes a exámenes, si preguntas lo que ellos piden estás aprobado, no importa lo que tu opines, no importa lo que tu te inventes, sino que importa que pongas esto porque esto es lo que te garantiza seguir dentro. Es como amaestrar animales en el circo, si saltas dentro del aro, perfecto, te doy una sardina y si se te ocurre que el aro no sirve, que hay aros mejores y esas historias, te quedas sin sardinas.

Clarito, clarito. Si queréis leer la entrevista entera pinchad aquí.