19.9.16

Invertir o despilfarrar: el amianto del CEIP Reggio.



En los tiempos que corren en los que a pesar de que siempre, en todos los lugares a los que nos dirigimos, nos dicen que no hay dinero por los recortes, pero nuestra deuda aumenta día a día, podemos encontrarnos con sorpresas.

En Puerto Real, Cádiz, el CEIP Reggio lleva construido casi 50 años. Su techo es de fibrocemento, esa palabreja que pretende tapar a la palabra amianto o uralita, que fue su marca comercial y la que dio nombre a este tipo de material.

Desde hace meses, cuando se detectan restos de amianto en el centro, las familias deciden movilizarse y dejar de llevar a sus hijos e hijas al centro en tanto no se le de una solución al problema. Todos hubiéramos hecho algo parecido si la salud de nuestro hijo o hija estuviese en juego.

Y esta lucha ha tenido su "premio". Y lo entrecomillo porque después de infinidad de días, reuniones, asambleas, estudios, excusas municipales y autonómicas, enfado de muchas familias, incomprensión de mucha gente, etc... parece que se ha establecido una "hoja de ruta" para arreglar el problema. Y aunque los políticos de turno seguirán discutiendo si el arreglo pertenece al Ayuntamiento (dueño del centro) o a la Consejería (encargada de la gestión), ha habido un acuerdo para solucionar el tema. El Ayuntamiento va a gastar entre 15000/20000 euros en "encapsular" el centro. Esta palabra no deja de ser un eufemismo de pintar y poner una espuma especial al techo, que seguirá ahí hasta el próximo verano en que, ya sin clases, se sustituirán por otro material.

Hasta aquí todo correcto. Hay un problema y se le ha dado una solución temporal. Pero ahora vuelvo al inicio de esta entrada. Si no hay dinero para casi nada ¿podemos permitirnos "invertir" 15000 euros para tirarlos en 9 meses?. Y digo tirarlos porque lo que se hace ahora se tirará junto con el amianto a la basura en cuanto se inicien las obras en verano.

Y como no solo hay que plantear quejas sino propuestas, yo me pregunto si no hubiese sido más lógico que las administraciones se hubieran puesto de acuerdo, se hubiese desdoblado el centro a otro colegio de la localidad (esto ya se hizo en este mismo CEIP Reggio allá a finales de los 90 y por vía de urgencia, sin que hubiese más problema que los lógicos desajustes familiares y laborales de familias y docentes) y que estos 15 o 20 mil euros se hubiesen añadido al total de la obra en mejorar las instalaciones, que por otra parte en Enero hubiese estado ya en uso.

Y es que a pesar de la que tenemos montada cada día en nuestro país, parece que el dinero público sigue sin ser de nadie y por tanto se gasta de cualquier manera y con criterios muchas veces más políticos que de beneficio ciudadano.

Y a esas familias mi agradecimiento por demostrar que la lucha sirve. Aunque después los de siempre enturbien el triunfo.

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