Bien es verdad que cité como ejemplo la escuela republicana francesa de Jules Ferry y alguna otra más cercana en tiempo y afectos (los MCEP,...) y sin embargo de pronto, como quien es cegado y deja de ver, me encontré un poco sin argumentos. Tal vez había llegado a un punto interior que ya conocía pero al que no quería hacer salir de su recóndito mundo interior. Llevamos toda la vida sirviendo en bandeja a generaciones de ciudadanos y ciudadanas para servir a lo que se demanda o demandará.
Empezaron a tener sentido las explicaciones de mi compañera.
Hablamos de educación pero no usamos el mismo código. Algo así como aquello que
decía Umberto Romagnoli "No es infrecuente que una palabra tenga los
ritmos biológicos de los seres humanos. Nace. Vive. Se enferma y, si no se cura
como debiera, muere. El síndrome de la enfermedad que puede aquejarla es
fácilmente reconocible: la palabra ya no habla (…)” Y así, llevamos hablando de educación en
paralelo desde el fondo, o casi, de los tiempos, sin que en realidad hablemos
de lo mismo, y lo que es peor, no nos hemos dado cuenta que desde hace años el
verdadero poder viene dejando señales por todos lados de hacia dónde debe ir
"su" educación que nosotros, simplemente, hemos querido ver como "nuestra"
educación cuando son ellos los que marcan y ponen los ritmos y límites. Valga
como ejemplo esta cita del año 1996: "Doce años de instrucción obligatoria
financiados por el estado: he aquí algo que viola todos los principios del
capitalismo." Lesther Thurow.
Y nosotros sin enterarnos.
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