Hoy ha comenzado el curso para los y las docentes de todo el
país. Llegan días de preparar las aulas, las asignaturas, organizarse con los
nuevos horarios, etc… Pero hoy no quiero hablar de esto. De eso hay miles de
ejemplos en redes sociales. Hoy me gustaría llevar a la reflexión sobre qué se
necesita para comenzar el curso, a raíz de la actuación del SAT (SindicatoAndaluz de Trabajadores/as) esta semana pasada, llevándose sin pagar material
escolar de una cadena de supermercados.
Todos sabemos que la educación no es gratis. Esto sonroja,
ignoro por qué, a las distintas administraciones, pero es una evidencia que el
alumnado debe llevar a los centros material imprescindible (cuadernos, mochila,
lápices, bolígrafos, sacapuntas, bloc de música o plástica,…) a lo que añadir
una ropa digna. Esto cuesta dinero.
Muchos y muchas de
los que leáis esto diréis que sumado todo esto es una cantidad muy pequeña para
todo lo que es un curso escolar, y no os faltará razón. Sin embargo hay algo que
no se nos puede olvidar. Un euro cuando se ingresa en casa 300 al mes para una
familia de 4, es una fortuna.
A partir de aquí no quiero entrar en el debate (interesado
por otra parte) que ha aparecido en los medios de comunicación sobre si es robo
o expropiación, si debe actuarse así o no. Esto es un debate que nos distrae de
la verdadera realidad: ¿Pueden todas las familias andaluzas acceder a la
educación en igualdad de condiciones?
El SAT, con acciones como esta, consigue llamar la atención
pero, con el tratamiento que se le depara en los medios de comunicación, se hurta a la sociedad entrar en el fondo de lo que se persigue con la
misma. No voy, porque no tengo nada claro, a decantarme en un juicio de valor
sobre la acción. Pero sí quiero entrar en la denuncia que subyace en la misma.
Los que trabajamos en los centros educativos andaluces
sabemos que siempre ha habido gente cuya prioridad no ha sido comprar a sus
hijos unos lápices y sí una videoconsola. Pero igualmente sabemos que hay
familias (cada vez más) que aunque quisieran comprar este material no podrían porque
con todos sus miembros en paro y sin ayudas difícilmente se puede comer y
mantener los gastos básicos de una casa.
Por eso hoy, primer día de trabajo en los centros de este
nuevo curso, me voy a quedar con esa reflexión. ¿Qué hacer (qué hacemos) para que exista no
una igualdad de oportunidades en educación sino una verdadera igualdad de
derechos en la misma?
0 comentarios:
Publicar un comentario