17.6.11

Docentes de diverso nivel: error subsanable



Esta noticia que os dejo, y que publicó en su día Diario de Cádiz, viene a mostrar el error que se sigue cometiendo dentro del sistema educativo al mantener como docentes a personas que no se han formado específicamente para ello, salvo que consideremos formación al antiguo CAP o a un proceso de oposiciones, y a la vez a personas cuya formación científica en muchas materias deja que desear.



Desde hace años hay personas que venimos defendiendo que el docente debe tener, independientemente del nivel que imparta, una sóla y sólida titulación, la de docente. De nada sirve argumentar que es más necesaria una formación científica mayor para Bachillerato que para Educación Infantil. ¿Es acaso más difícil explicar Física en 2º de Bachillerato que hacer que un chaval de 1º de Primaria entienda que a 1 le podemos quitar 4? Evidentemente me parece infinitamente más difícil enseñar (bien) a leer que trabajar los sintagmas o las proposiciones subordinadas y sin embargo se cobra menos, se tiene menos prestigio si eres docente en primaria que si das clase en Bachillerato. Y a raiz de esto me planteo ¿no afecta a los alumnos/as de niveles más altos que la formación pedagógica de sus docentes sea más reducida? ¿no afecta a los niveles más iniciales del proceso educativo que la formación científica de sus docentes sea menor? Entonces ¿por qué no apoyar un cuerpo único de enseñantes? Yo no lo entiendo pero tampoco encuentro nadie capaz de explicarmelo.




Os dejo el artículo en cuestión.



"Filóloga, pero no maestra"
Educación despide, a falta de un mes para acabar el curso, a una profesora de Primaria de un colegio de Chiclana al descubrir que no tiene el título de Magisterio

Pedro Ingelmo / Cádiz 04.06.2011

Raquel E.H. es una profesora competente que tiene una licenciatura en Filología y sabe alemán en un colegio bilingüe de Chiclana que oferta educación en español y alemán. Raquel es tutora (era) de 1ºA de los niños de Primaria del CEIP Nuestra Señora de los Remedios. En abril se descubrió, es más, lo descubrió ella, que tenía una pequeña limitación. Consistía en que Raquel, muy querida por niños, padres y compañeros, no tenía la carrera de Magisterio. No podía ser la tutora de estos niños. ¿Era buena en su trabajo? Sí. ¿Sabía alemán? Sí. ¿Tenía el título de Magisterio? No.

Sobre esta base se ha generado un miniescándalo en el mundillo de la educación, un miniescándalo que fuentes de la delegación provincial reconocen: "Pues se pasó, no se sabe muy bien cómo. El personal es tan extenso, se mueven tal cantidad de solicitudes y, de repente, te encuentras con que tienes un colegio que oferta alemán y no hay personal con conocimientos de alemán, por lo que acudes a una bolsa general. Los controles fallaron, es cierto. No fue culpa de nadie. La profesora empezó su trabajo en el centro, su trabajo lo hacía bien y nadie se percató que no tenía esa titulación. De hecho, nadie se hubiera dado cuenta si ella misma no hubiera alertado de su titulación. Ella puede aspirar a un puesto en Secundaria, pero no en Primaria", explican desde la delegación de Eduación.

La profesora ha recibido todo el apoyo de sus compañeros y la indignación se elevó al claustro, que manifestó su indignación por elevación. El problema no era Raquel, nunca lo había sido. Redactaron lo siguiente: "Los verdaderos protagonistas de la Educación son los niños y las niñas, y seguiremos desempeñando nuestra labor de la mejor manera posible a pesar de los múltiples obstáculos que nos encontramos en el día a día, incluyendo los que crea nuestra propia administración". Lo firman 46 profesores del centro. Porque el caso de Raquel, con todo el error a sus espaldas, lo que estaba trasluciendo era un malestar mucho mayor.

De hecho, el equipo directivo del centro se mostró dispuesto a dimitir cuando, a finales de curso, la tutora de 1º quedaba fuera por un error que a ellos les parecía que se podía subsanar pero una vez acabado el curso, "atendiendo más al sentido común y no a razones meramente burocráticas".

La delegación de Educación no puede evitar encogerse de hombros: "Si conocemos una situación que es irregular, si sabemos y comprobamos que la chica está haciendo bien su trabajo, si tenemos esos datos en nuestra mano… es que no podemos hacer otra cosa. Mirar hacia otro lado es incurrir en una ilegalidad a sabiendas. Y quizá sea injusto, pero no es eso de lo que estamos tratando, si no de lo que dice la norma".

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