17.3.09

Educación Obligatoria en el mundo rural de Cádiz.


Pasan los días y todo parece que se encamina hacia el mismo fin predeterminado y asumido dócilmente por nosotros mismos, bueno, por una parte de nosotros mismos.

Y es que si de algo se empieza a caracterizar el cuerpo de docentes de Andalucía es pos su docilidad hacia las directrices de la Consejería de Educación.


Viene al caso esta entrada sobre la lucha que están llevando a cabo los padres y madres de los alumnos/as de la Sierra de Cádiz para que sus hijos e hijas no tengan que desplazarse de sus pueblos a estudiar la secundaria obligatoria a los Institutos de pueblos más grandes de la comarca.


Unos 170 niños llevan sin asistir a clase desde hace más de una semana. Sus padres, que así lo han dispuesto, pretenden evitar el traslado de los chicos a otros municipios cercanos que sí disponen de institutos y además de la huelga de alumnos/as, durante la mañana de ayer unas 100 personas se encadenaron a las puertas del colegio de Algar para evitar la entrada en las instalaciones de profesores y alumnos.

Pero, como es de suponer, no sólo en la Sierra sucede esto. Los tutores de otros 150 alumnos de la zona rural de Jerez han iniciado un calendario de movilizaciones por los traslados a centros de referencia, esos institutos cercanos, a los que la Consejería de Educación ha decidido adscribir y matricular en el próximo curso a sus hijos e hijas, lo que ha llevado a los padres y madres a plantearse la huelga/absentismo escolar de sus hijos.


Actualmente los chavales, de 11, 12 y 13 años, de estos pueblos y pedanías cursan la primera mitad de la ESO en los denominados centros Semi-d, instalaciones transitorias construidas por la Administración a petición de la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) en las que se estudia tanto la enseñanza primaria como el primer ciclo de la secundaria.


Pero, el problema radica en la lucidez legislativa de nuestros actuales dirigentes, que han conseguido que la nueva legislación, la Ley de Educación de Andalucía (LEA), no contemple la figura de los centros Semi-d, por lo que la Consejería ha ordenado el traslado del alumnado a institutos que sí cuentan con personal docente especializado (licenciados) y las infraestructuras adecuadas, como aulas de tecnología, música, informática o laboratorio. (Estos no se sabe si en uso, desuso o si tan siquiera accesibles)


La Administración autonómica vende este traslado como una mejora de la calidad de enseñanza (todo lo que propone la Consejería de Educación es ahora una mejora de la calidad) y para los padres es una fórmula de economización de la educación que rechazan unánimemente, aduciendo que si bien la nueva ley no recoge los centros semi-d, tampoco los prohibe.


Ponen sobre la mesa que sus hijos e hijas deberán cada día, entre 20 y 30 kilómetros por carreteras comarcales y secundarias, que desconocidas por los jerifaltes de la Consejería siguen existiendo, para recibir una formación que, según ellos, no dista de la que disfrutan en sus pueblos. ¿Les habrá servido de referente la de sus hijos/as mayores para comparar?


"¿Cómo se explica que la Consejería haya hecho estos centros con laboratorios y aulas de música y tecnología hace menos de cinco años y ahora los deje vacíos y se lleve a los niños a institutos masificados de Jerez?", se pregunta Paqui Morales, portavoz de la plataforma Por una Educación de Calidad en la Campiña de Jerez. "¿Es lógico este traslado cuando, por ejemplo, en la pedanía de Torrecera el centro semi-d con aulas de música, laboratorio y el nuevo edificio para el primer ciclo de secundaria se ha inaugurado este mismo curso?"


Desde mi humilde opinión esto no es sino muestra del despilfarro con que la consejería de educación afronta sus competencias, poniendo parches, más pendiente de la satisfacción de impulsos inmediatos que de una planificación de largo recorrido con fines claros y concretos, asumidos por todos y consensuados desde la experiencia de la base del día a día de cada centro, de cada zona.


Se obvia que aunque la Ley de Educación no cuenta con dos años, sigue manteniendo los vicios de anteriores normas. Por ejemplo no contempla la posibilidad de que estos alumnos/as puedan asistir a actividades extraescolares porque el transporte escolar seguirá siendo de una salida y un regreso para todos. "Nuestros hijos una vez que vuelvan a casa tampoco tendrán actividades extraescolares por las tardes. Perdemos en bienestar", se queja enérgica.


Y es que después de 30 años, la gente que vive, trabaja y dota de vida a nuestras zonas rurales siguen estando olvidadas de la mano de la Consejería de Educación.

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