21.4.07

Día del Libro. I


Como cada año llega por estas fechas otro “Día D..”. En este caso Día del Libro, al que se añade, por decreto claro, la referencia a la Generación del 27.

Quiero, desde este Pizarrín, hacer algunas reflexiones esta semana sobre este acontecimiento que, queramos o no, influye en nuestra práctica diaria. Comenzaré por el principio, la selección que los maestros hacemos en las aulas de lo que los niños van a leer. Los mecanismos que permiten que ciertos textos circulen por las escuelas y otros no son claves para determinar cómo influye la maquinaria de poder en cada tiempo sobre la lectura escolar. Estos mecanismos van a venir muy influenciados por los modos de leer de los docentes, la tradición de lecturas y el uso cultural de los libros y sobre todo a la práctica personal (¡Ojo! Partimos de que el/la docente lee ) y social de la lectura de textos.

Es evidente que para presentar una lectura a un niño hay que estar convencido de ella, haberla leído y saboreado. Hoy día la presión mediática de las editoriales y la facilidad de uso que pone en nuestras manos, hace que se rebaje el nivel de atención a los que debiéramos llegar y con ello que la calidad de lo que presentamos/recomendamos sea, al menos, discutible.

Parece muchas veces que el fin de la clase de literatura es la selección de textos por el maestro/a para desarrollar determinados contenidos y no para desarrollar un momento de expansión y diversión alejado del currículo del área. Así nunca conseguiremos que el niño se acerque a la literatura con ganas. No vale decir que es imposible competir con las videoconsolas. Es posible si desde que el niño se acerca a la primera literatura, a sus primeros contactos, lo que se le ofrece tiene capacidad suficiente como para despertar en él el deseo de ser un dragón, un astronauta o un valiente escarabajo. Si los primeros libros dicen “Juan va al mercado. Ve a su madre comprar en la pescadería…”, evidentemente eso no es literatura, o sólo literatura de andar por casa, antes de usar la videoconsola, cuando queremos que con ella se busquen otros mundos.

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