16.9.07

Autovía 381.

Los viajes tienen un encanto especial; da igual que vayamos a un lugar exótico o al otro lado del pueblo en que vivimos; todos, siempre, tienen un algo distinto, una mujer que pasa, un cartel nuevo, el mismo color cambiante de la calle…

Este fin de semana fui a Algeciras. Lógicamente fui por la flamante A-381, esa magnífica autovía Jerez-Los Barrios. El viaje es rápido, seguro, con un paisaje cambiante desde las llanuras de Medina, con su ganado bravo pastando indiferente a nuestra presencia, a los grandes alcornocales del Jautor, para dejar paso tras el alto de Valdespera a una visión cinéfila de las últimas montañas que anuncian, abiertas entre la sempiterna bruma, pegadas y cayendo como unos naipes repartidos en nuestras manos, la presentida presencia del campo de Gibraltar.



He recorrido esa carretera infinidad de veces; desde Alcalá de los Gazules, en aquellas desvencijadas “Valencianas” en las que había que bajarse para cruzar a pie algún puente maltrecho; desde Jerez en los “Comes”; en mis diversos coches desde muchos orígenes. Mucho ha cambiado esa carretera. Ya no vemos la escuelita del Torero, la venta de la Polvorilla, el Castaño, las dos casitas enfrentadas entre sí, una a cada lado de la carretera y que todos conocíamos como las Caras del Sol. Tampoco hay curvas ni camiones que nos hacían ir detrás de ellos, con paciencia, mirando ese paisaje distinto cada vez.

Y mientras Manolo García canturreaba en el coche “Nunca el Tiempo es perdido”, se me vino a la cabeza que esos recuerdos bien pudieran ser un símil de a donde estamos llevando la educación, una educación que va como un coche por la autovía, rápido, seguro, pero sin tener que adaptarse a obstáculos, sin poder parar en un recodo cualquiera a admirar el paisaje o simplemente, sólo mirar. Recuerdo muchos viajes, muchas paradas en esa carretera, la de antes; la de ahora sólo es un atajo en el tiempo y un pañuelo cegador en la memoria. Casi como la educación…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y tanto, Pepe !!
Para este viaje hizo falta alforjas, porque andamos amarraditos a su brazo y todavía no se ha enterado jaja

Un saludo muy sonoro !aúpa, profe !!

Blanca

Pepe dijo...

Lo siento. Cada vez que alguien me pone un comentario en el blog desde cualquier lugar, impensable creer que estas cuatro líneas puedan leerse en esos sitios, me entra una sensación enorme de angustia por la responsabilidad del qué pensarán cuando lean mis cosas. Agggggg, qué cosas tiene esto de Internet.

Anónimo dijo...

Pepe, cuando me dí cuenta de la enorme red que enlazaba unos espacios con otros ¿sabes qué se me vino a la cabeza ?
!! vender jamones !!

Como eso ya se le ocurrió a otro, me limité a dejar "caprichos", es un atajito como otro cualquiera para no quedarse atrás.