28.1.09

Pedagogía/s.


Sabéis, los que seguís este Pizarrín con cierta asiduidad, que me gusta distinguir entre la educación en mayúsculas (la de los programas, las consejerías, las estadísticas,...) y la del día a día, que no creo necesite mayor explicación.

Hoy, en toda Andalucía, los representantes sindicales del profesorado se han manifestado pidiendo la retirada del borrador de decreto de horario que la Consejería de la Junta de Andalucía pretende imponer. Esto sería un ejemplo de educación en mayúsculas, de la que gusta a nuestros representantes, pero que a los de a pie, a los que bregamos cada día con los chavales y chavalas, sus ilusiones y frustraciones, sus miedos y deseos, sus sueños y sus fríos, nos parece siempre alejada de la realidad por más fundamentos pedagógicos que, supuestamente, la sostengan.

Y es que con las pedagogías, sucede como con el resto de cosas en la vida, que en cuanto perdemos el norte de las cosas particulares para intentar normatizar, regular, los actos docentes, intentamos encontrar un buen árbol doctrinal que nos dé cobijo en nuestras acciones, incluso, por qué no decirlo, la protección de la "autoridad educativa" a la que en última instancia culpar del mal que nos aqueje sin pararnos a pensar que le hemos dado un cheque en blanco que en vez de dinero lleva ideología.

En el fondo, y frente a las incertidumbres que lo cotidiano nos hace ver, la pedagogía, así entendida, en mayúsculas, nos da un soporte estable sobre el que mantener nuestra docencia, sobre unas certezas que no nos hagan vacilar, a pesar que el día a día, esa pedagogía en minúsculas, nos ponga en solfa esa misma pedagogía que nos da certidumbre pero nos resta flexibilidad y creación.

Luego, al cabo de los años, una nueva moda pedagógica nos pondrá fácil renegar de la anterior y nos facilitará un viraje ideológicopsicopedagógico (está escrito adrede) que no será más que un viraje en busca de un nuevo tiempo de certezas que a priori ya sabemos nunca nos cubrirá del todo, como nos gustaría, esa pedagogía particular que siempre nos hará falta, y a la que ésta nueva, en mayúsculas, sólo será un decorado, nuevo, más acorde con los tiempos, pero en el fondo igual de distante de nuestras expectativas y/o deseos.

Cambia todo para que todo siga igual, decía si mal no recuerdo una cita muy famosa.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Estás hoy muy pedagógico Pepe. Hacía tiempo que no entraba por ciertois problemillas. Un saludo.