2.5.07

Lluvia.


Llueve, detrás de los cristales, llueve y llueve...

Cuando Marzo mayea, Mayo marcea.

Viendo la lluvia caer tras las ventanas uno se acuerda de todas aquellas cosas que ha aprendido en días como estos de hace muchos años. Las aulas parecen más silenciosas, los gritos diluyen su intensidad entre las gotas que caen en el patio y el olor de la clase parece aguarse, difuminarse un poco entre la tristeza de la falta del sol y el vaho de los cristales. Todo parece encauzar las mentes de los niños hacia los libros, la pizarra, los cuadernos... ¡Cuántas cosas se pueden aprender en un día de lluvia!

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