3.7.08

Mi ombligo y el de otros y otras.


Estos dos últimos días he estado de fiesta. En Antequera hemos celebrado el 30 Aniversario de la creación de USTEA, y con tal motivo nos hemos reunido muchos de aquellos y aquellas docentes que crearon hace 30 años un sindicato exclusivamente docente, que luego ha acogido a otros trabajadores y trabajadoras de otros ámbitos de lo público.

Muchas veces uno tiene la sensación de que mirarse el ombligo, ver cómo aquellas pequeñas cosas que uno hace y contribuyen a agrandar o mantener al menos a un grupo social, eso, el mirarlas, es como un pequeño pecado de soberbia, pero a veces uno se da cuenta que eso que le parece un esfuerzo es un minúsculo grano de arena comparado con aquellos gestos, aquellas apuestas, que hace 30 años un grupo de maestros y maestras decidieron hacer en defensa de sus derechos y sobre todo de la EDUCACIÓN. Sinceramente hubo momentos en que me sentí empequeñecido por hombres y mujeres ya jubilados, cuyo discurso es hoy, incluso, más válido que hace 30 años.

También me sentí ilusionado al comprobar que a pesar de los problemas, de las zancadillas y de tantos y tantos factores, después de 30 años, USTEA, mi sindicato, sigue teniendo cosas que ofrecer.

Por eso permitidme, hoy, esa mirada a mi ombligo y dejadme que os invite a contemplar el de mis compañeros y compañeras, porque también gracias a vosotros y a vosotras, tiene sentido el trabajo que desde USTEA hacemos.

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