26.2.09

Provocación.


A veces uno intenta entender qué hace a nuestros políticos (y políticas) ser unos verdaderos provocadores (y provocadoras), y la verdad es que no me lo explico.


Desde hace un cierto tiempo en Andalucía, la Consejería de Educación y sus asesores, se dedican a poner sobre el papel del BOJA toda una serie de medidas que, en su megalomanía virtual alejada de la realidad común de nuestras escuelas e institutos, pretenden servir para paliar nuestro fracaso escolar, fracaso que parece se produce sólo en la enseñanza pública, porque nunca vemos los resultados de los centros concertados y/o privados.


Estas medidas (Plan de Calidad, Adelanto del inicio de Curso, Nuevos reglamentos de Organización, etc...) son rechazadas por una mayoría del profesorado, mayoría que en cualquier cámara parlamentaria le haría ser el famoso "rodillo" de los años 80, basando y argumentando este rechazo en la mera virtualidad de esas medidas que nunca contemplan el más mínimo compromiso de la administración, dejando exclusivamente el éxito o fracaso de las mismas en las espaldas docentes. Y sin embargo, como homenaje a Paco Martínez Soria (que me perdone D. Paco por la comparación), nuestra Consejería se mantiene en un "erre que erre", en una huida hacia adelante que no sabemos a dónde nos llevará.


Y es ahí en donde se produce la provocación, porque qué otra cosa puede ser que los docentes rechacemos y pidamos una apertura de negociaciones, cuando los que presumen de talante democrático, de defensa de la enseñanza, etc... utilizan el "ordeno y mando" para tomar este tipo de decisiones, que por otra parte podían tener la decencia política de imponer sin más y no hacernos perder el tiempo, las fuerzas y generar un rechazo mayúsculo hacia la normativa, toda vez que ésta es necesaria e imprescindible pero no tiene por qué no ser consensuada, es más, debiera serlo siempre partiendo de la experiencia real de los distintos profesionales que cada día trabajamos en las escuelas e institutos de Andalucía.


Como me gusta buscar una razón a las cosas, creo que esta cita de J-L. Sampedro, de actualidad hace poco por su premio Planeta, pudiera ser la razón que sustenta intelectualmente esta actitud, aunque claro probablemente nuestra consejera no llegó hasta el final.


La enseñanza, debe ser, sobre todo, una provocación intelectual

(J.L. SAMPEDRO).

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